MSF denuncia el aumento de la violencia en los campos de refugiados entre Túnez y Libia

  • Un incendio de origen desconocido ha desencadenado una brote de violencia en el campo de refugiados de Shousha.
  • Unas 4.000 personas, la mayoría subsaharianos, no pueden ser repatriados a sus países por la inestabilidad e inseguridad que existe en ellos.
Vista general de un campo de refugiados cerca de la frontera entre Libia y Túnez.
Vista general de un campo de refugiados cerca de la frontera entre Libia y Túnez.
REUTERS
Vista general de un campo de refugiados cerca de la frontera entre Libia y Túnez.

La organización Médicos Sin Fronteras (MSF) ha denunciado este jueves "la escalada de violencia" de los últimos días en el campo de Shousha, en la frontera entre Túnez y Libia. La organización ha expresado su preocupación por los miles de refugiados que "están abandonados a su suerte en unas estructuras temporales y completamente expuestos a la violencia que les rodea".

"En los últimos días, hemos visto una escalada progresiva de la violencia, con incidentes constantes entre grupos de refugiados de diferentes nacionalidades", explica Mike Bates, coordinador general de MSF. Cientos de miles de refugiados han pasado por el campo de Shousha desde que estalló hace ya tres meses el conflicto libio, pero unas 4.000 personas, la mayor parte de ellos africanos subsaharianos, no pueden ser repatriados a sus países de origen debido a la situación de inseguridad e inestabilidad que existe en todos ellos.

"Se han quedado atrapados en el campo, que recordemos fue construido como una zona de tránsito temporal, por un tiempo que se antoja totalmente indefinido. La mayoría siente que se encuentra en una callejón sin salida, sin ninguna expectativa de futuro en el horizonte", destaca Bates.

Atrapados indefinidamente

Según informa Médicos Sin Fronteras, durante la noche del pasado domingo, un incendio de origen desconocido se propagó por el campo, acabando con la vida de cuatro refugiados y destruyendo más de 20 tiendas. La tensión ha continuado en aumento y se han producido varios enfrentamientos entre refugiados de diferentes orígenes, en los que se han involucrado también los residentes locales. Al menos dos personas más murieron este martes a causa de los enfrentamientos, que también han dejado reducidas a cenizas entre 300 y 400 tiendas.

Desde que estalló el conflicto el 17 de febrero, 800.000 personas, la mayoría de ellas no libias, han huido del país, dirigiéndose casi todos hacia Egipto y Túnez. "Los últimos acontecimientos en el campo de Shousha ilustran la ausencia de opciones seguras para la gente que huye de Libia, en particular los ciudadanos subsaharianos, cuyo viaje en busca de una vida mejor es como una pesadilla sin fin", concluye Bates.

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