Peligran la ciudadela inca peruana de Machu Picchu, la ciudad de Venecia, los templos de Luxor y Babilonia, el Triángulo de Coral, las islas Maldivas y la Gran Muralla China.

Estas joyas patrimoniales de la humanidad tienen fecha de caducidad, si no cesan las actitudes reincidentes de los visitantes menos respetuosos. Este es el caso de Venecia, la bella ciudad de los canales italiana, que se hunde en las aguas a razón de un centímetro por año.

Las olas que generan los cruceros turísticos son, en parte, responsables de que la ciudad haga aguas. La Gran Muralla china, a pesar de contar con 7.300 kilómetros de longitud, puede desaparecer mientras haya visitantes que la recorran en karts. O mientras uno de los torreones se utilice como puesto de venta de bebidas.

La construcción en los alrededores de la ciudadela inca de Machu Picchu, en Perú, amenaza la zona con movimientos de tierra. Hay  turistas de los templos egipcios de Luxor que arrancan con sus propias manos pedazos de las construcciones, lo que, añadido a la concentración de sal en los márgenes del río Nilo, las está desmoronando.

Los hurtos en Babilonia –algunos por parte de los soldados estadounidenses desplegados en Irak– también dejan desprotegida a esta maravilla mundial.

Las reservas naturales del Triángulo de Coral de Indonesia y las Islas Maldivas están en peligro por la práctica de la pesca con explosivos y la subida del nivel del mar, respectivamente.

Las nuevas maravillas

Las Siete Maravillas de la antigüedad grecorromana, de las que sólo quedan en pie las pirámides de Giza (Egipto), tendrán sustitutas el 1 de enero de 2007. Será entonces cuando se dé a conocer el resultado de la votación a escala mundial que decide cuáles son las nuevas Siete Maravillas. La Alhambra de Granada es la única española entre las 21 finalistas. Se puede votar en www.n7w.com.