Piden 18 años para un anciano acusado de acabar con la vida de su esposa enferma de Parkinson

La Fiscalía de Málaga ha solicitado una pena de 18 años de prisión para un hombre de 83 años, al que acusa por acabar con la vida de su esposa, con la que llevaba 63 años de convivencia y que tenía Parkinson. Además, insta a que indemnice a los herederos con 200.000 euros.

La Fiscalía de Málaga ha solicitado una pena de 18 años de prisión para un hombre de 83 años, al que acusa por acabar con la vida de su esposa, con la que llevaba 63 años de convivencia y que tenía Parkinson. Además, insta a que indemnice a los herederos con 200.000 euros.

Los hechos sucedieron en octubre de 2010. Según el escrito inicial realizado por la sección de Violencia sobre la Mujer de la Fiscalía malagueña, al que tuvo acceso Europa Press, el acusado estuvo "programando" la muerte de su esposa, de 81 años, "elaborando en su mente la materialización de tal idea".

Así, la acusación pública sostiene que se prevalió del conocimiento de incapacidad absoluta de la mujer "para proyectar su acto", ya que ésta tenía Parkinson, enfermedad neurodegenerativa, además, "muy avanzada", que le producía un deterioro en su movilidad y demencia, siendo una persona dependiente con ayuda domiciliaria.

El acusado no quería ir a una residencia y desde años atrás se lo expresó a familiares y a las cuidadoras, a los que también dijo expresiones como "un día la mato y yo me tiro por el balcón", según el fiscal. No obstante, se le otorgó una plaza en una residencia, con fecha de ingreso para el matrimonio en octubre de 2010.

Tan sólo siete días antes de la fecha de ingreso prevista, "dispuso lo necesario para quedarse solo en el domicilio", encargando a las dos cuidadoras que se fueran a hacer gestiones. Según la acusación, cogió un cuchillo de cocina muy afilado y se fue al dormitorio de la mujer, que no podía moverse.

Tras decirle que "no tenía sentido seguir así por lo que decidía acabar con su vida", el acusado, indica el escrito provisional, "le ocasionó dos incisiones punzantes" que afectaron a órganos vitales y le causaron la muerte a la mujer que "en ningún caso pudo planear la defensa de su vida por imposibilidad física y psíquica".

Se le acusa por un delito de asesinato, con la agravante de parentesco, por el que se solicita una pena de 18 años de prisión y el pago de 200.000 euros a los herederos. Al terminar, el acusado se produjo una herida en la muñeca y en el cuello, que no afectaron a estructuras profundas y en ningún momento pusieron en peligro su vida.

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