El coordinador de Izquierda Unida en Extremadura, Pedro Escobar, es contrario a un acuerdo de gobierno estable con el PSOE porque desea "conservar la libertad de votar una cosa u otra" en el parlamento regional, que es lo que garantizaría "la supervivencia" de su formación en el futuro.

"Estoy casi por anticipar que está descartada esa posibilidad" de gobierno estable, ha apostillado en declaraciones a Europa Press el candidato de IU a la presidencia de la Junta, quien este domingo ha obtenido tres escaños en la Asamblea que convierten a su formación en la llave para acceder al gobierno autonómico.

Escobar ha precisado, sin embargo, que este miércoles se celebrará un comité regional en Mérida, en el que se dirimirá cuál será la postura de esta fuerza respecto a la gobernabilidad de la Comunidad Autónoma.

A falta del acuerdo que salga de dicho encuentro, Escobar se ha mostrado partidario de un "apoyo de investidura sin más compromisos". De hecho, el líder de IU en Extremadura se remite a esa reunión como el escenario en el que se abordará así mismo a qué candidato, Fernández Vara o Monago, se le facilitará la investidura como presidente.

Al respecto, Pedro Escobar se limita a indicar que él está dispuesto a "hablar hasta con el diablo", si bien ha admitido que hay una "querencia histórica" a apoyar al PSOE.

Escobar ha revelado que hacia las 11,30 de la noche de este pasado domingo le telefoneó Guillermo Fernández Vara, a quien dijo que no quería entrar en conversaciones de futuro hasta que se confirmaran los resultados y, de ser así, que le dejara un poco de tiempo para disfrutarlos.

En cuanto al 'popular' José Antonio Monago, Pedro Escobar ha indicado que a las 13,30 horas de este mismo lunes ha llamado él al candidato del PP. En la conversación, Monago le ha propuesto que rompa "los tabúes" para que IU "pueda pactar con cualquiera".

"VÉRTIGO"

Ante este panorama Escobar confiesa sentir "vértigo" y si bien hace referencia al tradicional apoyo que su formación ha dado al PSOE, también apunta que para IU se trata de "una operación de alto riesgo" porque puede sufrir "el abrazo del oso" o cargar con las consecuencias de un mal gobierno al dar la imagen de que es "el díscolo incordiante".

"Lo primero es garantizar la supervivencia de Izquierda Unida, no tengo la obligación de salvar el mundo ni de salvar al PSOE", ha sentenciado.