Un presunto miembro de una célula yihadista desarticulada en Burgos en diciembre de 2002 ha asegurado en la Audiencia Nacional que "no está a favor" del terrorismo islamista aunque ha reconocido que guardaba en su domicilio una fotografía del líder de Al Qaeda Osama Bin Laden y varios documentos en los que aparecía el nombre de Dios, razón por la cual no los arrojó a la basura.

Durante el juicio celebrado ante la Sección Segunda de la Sala de lo Penal, Wissan Lofti ha recordado que llegó a Burgos en el año 2000 y que solía trabajar como ayudante en una carnicería musulmana. En este sentido, ha negado que las personas árabes que se reunían a última hora de la tarde en el establecimiento hablaran sobre "religión o política" o se dedicaran a rezar durante su estancia en el local.

"No estoy a favor de la yihad", ha remarcado Lofti, que ha manifestado desconocer que el propietario de esta carnicería, Bouchaib Magher, fue detenido más tarde por ser uno de los atentados de Casablanca cometidos en mayo de 2002. "Nos dijo que se fue de Burgos para ver a su familia", ha añadido.

El fiscal, que pide para él 8 años de cárcel por integración en organización terrorista, le ha preguntado sobre el documento incautado en su domicilio que hablaba sobre "miles de presos" que han seguido "su compromiso con Dios". A este respecto, el acusado ha respondido que se refería a "presos musulmanes" pero que, en ningún momento, hacía alusión a la yihad.

En cuanto a la fotografía del antiguo líder de Al Qaeda, Osama Bin Laden, y otros documentos sobre islamismo encontrados en su vivienda, ha respondido que no eran suyos. "Hace mucho tiempo que quería tirar muchas cosas, pero aparecía el nombre de Dios y por eso no los tiré", ha agregado.

Lofti también ha negado que compartiera comentarios sobre la yihad en varios foros destinados a la difusión de esta doctrina y que se descargara vídeos sobre fabricación de explosivos. En este sentido, ha precisado que acudía a un locutorio para descargarse música de Internet.

El otro acusado Abdelkader Ayachine, que se enfrentaba a una pena de 10 años de prisión, no ha acudido al juicio que continuará mañana en la Audiencia Nacional. El tribunal le declaró en rebeldía la semana pasada, después de que tampoco asistiera a la vista oral que iba a celebrarse el pasado 7 de marzo por estos hechos.

El fiscal Daniel Campos considera a Ayachine, con antecedentess por homicidio y maltrato en el ámbito doméstico, era el líder de esta célula salafista-yihadista que se dedicaba a favorecer la guerra santa en Irak y Afganistán a través de la captación de futuros 'muyaidines'.

El 7 de marzo, los magistrados aguardaron durante casi dos horas la llegada de Abdelkader Ayachine, aunque éste no se presentó. El acusado, de nacionalidad argelina, compareció la semana anterior a la vista a un juicio por corrupción de menores celebrado en la Audiencia Provincial de Burgos, que le impuso dos años y medio de cárcel tras acreditar que guardaba en su disco duro 24 imágenes de contenido pedófilo.

"reuniones salafistas" en la carnicería

Durante la vista oral, un guardia civil ha rechazado la versión del acusado y ha subrayado que la carnicería era conocida por las "reuniones salafistas". "En la trastienda o en la misma sala de despacho, hablaban de temas religiosos, de yihad, de la musíca típica que favorece estas actividades, de los discursos de Bin Laden y de otros líderes islamistas para su labor de proselitismo", ha remarcado.

El agente del Instituto Armado también ha aseverado que Lofti mantenía "una relación muy íntima" con Ayadiche y que ambos estaban "prácticamente todo el día juntos". Según ha dicho, Lofti se descargaba vídeos sobre el manejo de explosivos del ordenador del presunto líder del grupo, quien era "moderador" de un foro donde "se hacían constantes alabazas a líderes terroristas, alusiones al martirio y mensajes incitando a la yihad".

El fiscal Daniel Campos, mantiene que, tras la detención de Buchaid, Ayachine se hizo cargo del comercio y asumió el papel de líder de la célula junto a su lugarteniente, Lofti. El grupo radical mantenía contactos con otras células yihadistas europeas, principalmente en Suecia y Dinamarca.

El escrito de conclusiones provisionales del Ministerio Público asegura que la labor de la célula condujo a la captación de al menos una persona y añade que tanto Ayachine y Lofti recaudaban fondos que enviaban posteriormente a Magher.

Contra Ayachine pesan otras tres sentencias. En 1994 fue condenado por homicidio y en 2007 por maltrato en el ámbito doméstico. Además, un juzgado de Burgos le condenó en 2009 por corrupción de menores debido a que, tras su detención por orden de la Audiencia Nacional, se localizaron en el disco duro de su ordenador decenas de búsquedas, descargas de imágenes y vídeos, y participaciones en foros de contenido pornográfico, pero el Tribunal Supremo anuló la vista oral y ordenó repetirla de nuevo.