El secretario general de CiU, Josep Antoni Duran i Lleida, anunció este domingo que los nacionalistas habían ganado en prácticamente todas las capitales de comarca, "menos en cuatro o cinco casos", y que "por primera vez" habían derrotado a los socialistas "en votos absolutos" en unas municipales, lo que les abrirá el camino a dominar los consells comarcals y las diputaciones provinciales.

De hecho, la Diputació de Barcelona podría cambiar de manos (ahora está presidida por el socialista Antoni Fogué), ya que los datos provisionales arrojan este resultado en el reparto de los diputados: CiU, 20; PSC, 19; PPC, 6; ICV, 4, y ERC, 2. Hasta este momento, la composición era la siguiente: PSC, 24; CiU, 17; PPC, 4; ICV, 4, y ERC, 2. Con el nuevo mapa político catalán, igual suerte podrían seguir las diputaciones de Tarragona, Lleida y Girona, que podrían estar presididas por diputados de CiU.

"Tenemos muy buenas perspectivas en las cuatro diputaciones", aseguró Duran i Lleida, después de ganar en las ciudades de Barcelona y Girona, así como en plazas fuertes del PSC, como Mataró o Reus pero, sobre todo, por sumar más votos globales que sus eternos rivales. Ante estos resultados en toda Catalunya y, especialmente, en el área de Barcelona, el Presidente de la Generalitat, Artur Mas, aplaudió el seny de los catalanes, quines, según él, han demostrado que "no son prisioneros" de la "demagogia" contra CiU por los recortes aplicados por el Govern. Mas calificó como "resultado ampliamente positivo" para CiU estos comicios municipales.

El primer secretario del PSC, José Montilla, aseguró que su partido había sufrido una derrota, "pero no está derrotado". Hizo un llamamiento a "la regeneración política" y subrayó "el preocupante incremento del voto xenófobo".