El candidato por el PP a la Alcaldía de Valladolid y actual regidor, Francisco Javier León de la Riva, ha considerado que ni la cifra de viajeros, ni la velocidad comercial ni los criterios económicos justifican la puesta en marcha de un tranvía urbano, una de las apuestas electorales del aspirante socialista, Óscar Puente.

En un nuevo rechazo a esta infraestructura, De la Riva ha echado mano de las cifras para argumentar su postura y ha manifestado en este sentido que los criterios técnicos revelan que una línea de este tipo es adecuada para una demanda superior a los 25.000 viajeros al día, una cuantía que triplica el número de usuarios de la ruta de autobús que el PSOE contempla cubrir con el tranvía, la 8, que une Parquesol con los campus universitarios. Además, según el regidor, esta línea es con 8.000 viajeros diarios uno de los pocos itinerarios rentables para Auvasa.

A este inconveniente, el alcalde ha sumado el de la velocidad comercial en el casco urbano, "similar a la del autobús", ya que también debe respetar los semáforos y depende de la intensidad de la circulación que haya en cada zona. Asimismo, ha indicado que las paradas del tranvía se encuentran a mayor distancia entre sí que las del autobús, una de las "quejas" de los ciudadanos, y que éste permite una flexibilidad en las rutas que nunca podría tener su oponente.

Según ha explicado, para la modificación de las líneas de bus basta con cambiar la ubicación de las marquesinas, mientras que la otra opción requeriría levantar el firme e instalar más catenarias, elementos a los que el regidor se ha opuesto de forma rotunda. "Sevilla las tiene que quitar en Semana Santa porque los pasos pegan arriba, y aquí en las manifestaciones variamos las líneas de autobús cuando las del tranvía habría que cerrarlas", ha apuntado.

Criterios económicos

En su argumentación, De la Riva insistido asimismo en la inviabilidad de este proyecto por motivos económicos, ya que según ha expresado el tranvía requiere una inversión de 12,5 millones por kilómetro mientras que la infraestructura de un autobús de alto nivel "no llegaría a los tres millones por kilómetro y en uno convencional esa infraestructura es nula".

Además, ha añadido que el coste explotación de este último transporte es de 4,5 euros por kilómetro, cuantía que se duplica en el caso del vehículo sobre raíles (hasta 9 euros). "A igualdad de demanda cuesta el doble la explotación con tranvía y la subvención municipal es el doble", ha dicho el candidato del PP, quien ha puesto el ejemplo Vitoria, donde el Ayuntamiento aporta un euro al tranvía frente a los 50 céntimos del bus.

Los criterios de estética y los ambientales son también para el alcalde un obstáculo para esta alternativa, ya que considera que, a pesar de no contaminar en la ciudad, sí lo hace donde se produce su energía. "En un casco urbano como el de Valladolid sería inviable", ha reiterado De la Riva, quien no ha descartado que, como el carril-bici, pueda ser adecuado en los nuevos desarrollo urbanos.

"En su tiempo era elemento de venta político, pero ahora es más cuestionado. Ejemplo de ello es el tranvía de Parla, que hoy tiene muy serios problemas económicos; o el de Sevilla, que tiene un kilómetro de longitud y una sola línea y cando se avería se bloquea todo el sistema", ha agregado.

Cierre del centro a vehículos

El primer edil, quien ha presentado este jueves su programa en materia de medio ambiente, ha expresado por otra parte que no es su intención cerrar al tráfico de vehículos el centro de la ciudad y que la decisión de restringir el paso de hará, en todo caso, "hasta donde dice la normativa".

"Nosotros somos partidarios de la entrada al centro en transporte público, en bici o andando. Hay que ser consciente de que quien quiera entrar en el centro lo van a tener que pagar, pero no es nuestra voluntad cerrar el centro", ha dicho, al tiempo que ha recordado que tampoco han planteado una zona naranja —que implica "más caro aparcamiento y menos tiempo"— y ha remarcado que Valladolid disfruta de la mejor calidad de aire de los últimos años.

En este sentido, De la Riva ha garantizado que seguirá las directrices que marque la Organización Mundial de la Salud (OMS) o, en su caso, la Comisión Nacional del Mercado de Telecomunicaciones y la Junta de Castilla y León.