Aterrizó ayer en Cannes, ha presentado esta mañana su película ante los medios y se ha sometido, prácticamente, a la primera entrevista que concede por La piel que habito, su nuevo trabajo. Pero Pedro Almodóvar ha centrado una parte de la charla en las protestas que se están viviendo estos días en España a raíz del movimiento del 15-M. "Entiendo perfectamente su descontento y yo incluso estoy en una situación parecida", ha afirmado. El manchego asegura: "Sé a quién no quiero votar; pero no sé a quién votar".

El realizador ha repasado los motivos del descontento social: "Si eres joven en España cada vez tienes menos posibilidades en general: para tener una casa, para tener un trabajo. De este movimiento lo más importante es que es pacífico, no es político. Le están diciendo a la clase política que dejen de pelearse entre ellos y mirarse el ombligo y que comiencen a pensar en las personas. Es la mayor crítica que se ha hecho jamás a la política española".

Y por último, un recado a la maquinaria electoral: "Tengo la impresión de que lo único que vemos es marketing. ¿Dónde está lo que importa? ¿Cuál es el programa?".

Volviendo a su película, Almodóvar ha explicado que le han llegado las primeras críticas, "sobre todo de gente angosajona", y ha reconocido que "ha gustado mucho". "Es una película deseada, llevaba diez años trabajando en el guión pero nunca me gustaba el resultado. He disfrutado mucho haciéndola y he de reconocer que estoy orgulloso con el resultado", ha admitido.

En La piel que habito, Almodóvar vuelve a hacer su tradicional mezcla de géneros. Concebida como una cinta de terror, el director también transita por el cine negro o el thriller, todo ello aderezado con su particular humor.

"Siempre me he caracterizado por mezclar géneros. Pero es algo que todos hacemos a lo largo del día. Desde que nos despertamos atravesamos varios géneros, muchos de ellos contradictorios", ha bromeado. En todo caso, le han chocado las repetidas risas entre el público: "Me ha sorprendido que hayan reído tanto. La risa es liberadora, siempre es agradecida, en cualquier tipo de película, pero no era mi intención".

"Siendo una cinta de terror, y siendo Almodóvar, la primera impresión es pensar en un festival de vísceras y de escenas desagradables. Para nada. La principal intención del autor en esta cinta ha sido, precisamente, ir al extremo. Contenerse.

"No quería sangre. Hay la mínima. De ese modo todo resulta más intenso. Además, hoy en día puedes ver muchas películas con sangre. El argumento es tan extremo y atroz que quería que la visualización fuera opuesta (a los excesos de la historia). La austeridad es nueva para mí, pero quería que fuese mi trabajo más comedido posible".

Pedro, que sigue diciendo que quiere "cambiar con cada película" que rueda y "buscar nuevos caminos", asegura no sentirse "nostálgico" de días pasados. Unos días, eso sí, que le han permitido el lujo de poder hacer lo que quiera -"esta película no se podría hacer en Hollywood", ha afirmado Antonio Banderas-.

"A lo largo de mi carrera he escrito lo que me apetecía. La libertad ha sido una constante en mi trabajo. Esa radicalidad que se le presupone a mi trabajo la considero más bien independencia. Y es un lujo", ha comentado al respecto de sus años mozos.

Por último, veinte años después, ha vuelto a colaborar con Antonio Banderas, del que ha quedado muy satisfecho. "Es muy guapo para tener 50 años", ha bromeado. "Sólo he tenido que ponerle el pelo para atrás, que me apetecía. Pero es importante que para un personaje negativo como el suyo tenga buena presencia, porque si pongo a un tipo con mala pinta redundaría demasiado", ha señalado de Banderas.

Un Banderas muy comedido en la cinta, y que es una petición explícita de Almodóvar: "En el caso de él, que es barroco, que es un follador, que es muy extremo, había que irse al otro extremo".