Unas 400 personas amanecen en el campamento de Sol tras una noche de lluvia permanente

Al grito de "Llueve y llueve y la plaza no se mueve", los acampados continúan en la Puerta del So.
Al grito de "Llueve y llueve y la plaza no se mueve", los acampados continúan en la Puerta del So.
Pablo Talamanca / EFE
Al grito de "Llueve y llueve y la plaza no se mueve", los acampados continúan en la Puerta del So.

Unas 400 personas han amanecido este jueves en el campamento levantado en la Puerta del Sol, con motivo de las movilizaciones del 15 de mayo, tras pasar toda una noche con la lluvia sobre sus cabezas, que, entre otras cosas, les ha obligado a estar achicando agua y quitando barro durante horas.

Para este jueves hay convocadas nuevas concentraciones, a la espera de la decisión que tome la Junta Electoral Central sobre la legalidad de las manifestaciones y sobre las acampadas que proliferan por ciudades de toda España.

A las 7 horas, con los primeros rayos del sol, los acampados han empezado a levantarse después de una noche más larga que la del pasado martes, pues la lluvia no ha cesado y les ha impedido realizar con relativa comodidad las tareas que hasta el momento venían haciendo como parte de su organización.

De hecho, las asambleas de la noche las han tenido que suspender hasta las 12 horas de este jueves porque al llover, y querer reunirse todos bajo las pocas lonas que hay, les ha sido imposible sentarse todos "bajo el mismo techo" en corro, manera habitual en la que se están reuniendo estos días.

Así, ya en la madrugada del tercer día de campamento, han tenido que pedir ayuda para que les enviaran material y reestructurar la zona de acampada. Eran necesarias más lonas, cuerdas, plásticos, palos y mantas porque se estaban resguardando de la lluvia con techos "muy precarios", en palabras de los asistentes.

A pesar de la prohibición de la Junta Electoral Provincial de la concentración en Sol convocada para la tarde de ayer, los ciudadanos acudieron de forma masiva y volvieron a llenar la Puerta del Sol ofreciendo una imagen muy similar a la que se puede apreciar cualquier Nochevieja durante las campanadas.

Aunque empezó a llover pronto, a medianoche todavía resistía un elevado número de manifestantes, que se fue reduciendo a medida que pasaba el tiempo y que se quedó en ese medio millar de personas que, al igual que la noche anterior, con sacos y esterillas estaban dispuestos a pasar la noche.

La intensa presencia policial de primeras horas de la tarde se redujo a medida que pasaba la noche en una acampada que se ha desarrollado de forma pacífica.

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