Lo de Astrud ha sido un milagro. Mi fracaso personal (1999) y Gran fuerza (2002), sus dos primeros discos, hicieron mucha gracia y les forjaron una discreta legión de seguidores. Pero lejos aún del gran público que se abrazó a los catalanes tras escuchar el adelanto de su tercer álbum largo, Performance (2004).
Y es que en Todo nos parece una mierda (2004) no sobra ni una sola canción. El tema que da título al EP se ha convertido en el himno generacional más frívolo y vanidoso que se pueda imaginar. Hay un hombre en España es una de esas letras que podemos escuchar un millón de veces sin dejar de reír y admirar el ingenio de estos dos. Nuestros poetas, una bofetada iconoclasta que llegó a sonar en Estravagario con el que la izquierda se propuso recuperar la literatura para televisión nocturna.
Astrud tiene un problema: la diferencia entre haberlos visto solos hace un año y medio en La Iguana y haberlos disfrutado junto a su banda en la última edición del Primavera Sound barcelonés.
* La Fábrica de Chocolate Club, en la calle Rogelio Abalde, 22. Sábado, a partir de las 22.30 horas. Entradas: 12 euros, 10 euros por adelantado.
Recuerdos y una versión
With whom to dance, el tema de The Magnetic Fields que Astrud grabó en Viaje a los sueños polares en 1999 es uno de los cortes de Algo cambió (Sinnamon, 2006), el disco de rarezas y caras B que acaban de editar los catalanes. El álbum, que se ha hecho de rogar, incluye el inédito que da título al trabajo y temas rescatados de todos, todos sus lanzamientos anteriores, desde la maqueta previa a Mi fracaso personal hasta una versión en directo de No tengo miedo, una de las canciones que integran Todo nos parece una mierda. Si el tercer LP es el que demuestra que un grupo va a sobrevivir, el primero de rarezas inaugura el culto.
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