«¡Vaya, otra vez se ha ido la luz! Félix, díselo al conserje para que llame al electricista». Un problema jurídico deja sin luz, muy a menudo, al IES María Moliner.

¿Un problema jurídico? Sí. Saber si la deuda que la Administración tiene con Endesa debe pagarla el Ayuntamiento o la Junta. Y en esa indecisión, los alumnos sufren apagones intermitentes que obligan a suspender algunas actividades.

La instalación eléctrica es provisional y Sevillana dice que no la terminará hasta que se salde la deuda. Mientras, la instalación antigua no soporta el incremento de potencia (se ha pasado de 80 a 140 amperios) y se producen apagones.

«Cualquier día todo esto sale ardiendo», avisan desde el centro. Por eso se han vuelto a concentrar ante las puertas del centro los padres de los alumnos. Y por eso, los chicos han dejado de asistir a clase. Piden una reunión con el delegado de Educación, José Jaime Mougán, pero, según ellos, «está muy ocupado para recibirnos».

Una reunión para obtener el compromiso de que las cosas se van a solucionar en un breve plazo. Hoy se concentrarán frente a la delegación. Represalias Los profesores están con los padres, pero callan por miedo a represalias. El último día que los chicos decidieron no acudir a clase, Educación envió a un inspector para comprobar que cada profesor estaba en su puesto de trabajo.

También el gimnasio es un problema. Está ocupado por material de una asociación de vecinos y nadie lo retira. Mientras, los chicos hacen gimnasia en el patio.