La vicepresidenta dijo en su intervención, en nombre del Gobierno, que la reforma es buena para Cataluña y para España y aseguró que el texto es producto "del más profundo sentido democrático".

El texto, dijo, reconoce la identidad de Cataluña, aumenta su autogobierno y mejora su calidad de servicio a los intereses de los ciudadanos catalanes, y además "se circunscribe plenamente en la Constitución y reafirma la convivencia en el Estado".

Fernández de la Vega subrayó que, si bien el Estatuto de 1979 ha dado frutos "extraordinarios" en términos de progreso y estabilidad, hoy hace falta "adecuarlo a las nuevas realidades económicas y sociales".

En este sentido, comentó que era necesario ampliar el marco competencial de Cataluña y clarificar los ámbitos de competencia del Estado y de la Comunidad Autónoma.

Precisó que tanto en su espíritu como en su letra es plenamente conforme a la Constitución y cada uno de su artículos "ha pasado el cedazo del examen crítico y el análisis pausado de la comisión".

Rajoy

Frente a esta definición, Rajoy, aseguró que el Estatuto es "objetivamente inconstitucional" porque "contradice" y "quiebra la letra y el espíritu" de la Carta Magna, y consideró que "estamos en el principio del fin del Estado" que diseñaron los españoles en el año 1978.

Para explicar la inconstitucionalidad del texto señaló que el Preámbulo "menciona una nación que la Constitución rechaza" y recalcó que éste tiene "mucha" operatividad jurídica.

Además, señaló que está "impregnada de incertidumbre", por lo que pidió su retirada o, al menos, que el Gobierno espere a que el Tribunal Constitucional "entre en el fondo del asunto".

Tras criticar que José Luis Rodríguez Zapatero "arregló" el texto en el Palacio de la Moncloa y ahora "no tiene la valentía y la vergüenza torera de estar hoy en el debate más importante de la legislatura", le acusó de ser el "responsable" de este "espectáculo" del Estatut, un "antojo de gobernantes que no entienden su papel".

De igual modo, Rajoy aseveró que con el texto los españoles "se dividen en dos grupos que ni tienen los mismos derechos fundamentales ni tienen las mismas obligaciones ni se rigen por las mismas leyes", y advirtió de que "este desvarío discriminatorio está apadrinado" por el PSOE.

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