«Dejo la huelga de hambre. Me resigno a lo que diga la justicia»

Llegó a Valladolid a trabajar en 2000.
En 2002 vendió su casa de Vitoria y se compró otra aquí, en la calle Prado. Faltaban sólo cuatro meses para que la acabaran, pero entonces todo se torció. La constructora Lacile se arruinó y no pagó el préstamo hipotecario. Para que el banco recuperase el dinero, el lunes subastaron el edificio y José Antonio perdió su piso y puede que 174.000 euros que había adelantado. Ese día inició una huelga de hambre. Ayer la abandonó.¿Ha durado dos días?

Sí, me he desanimado muy rápido. Dejo el encierro y la huelga de hambre.

¿Por qué?

Porque me he visto un poco solo. Algún otro afectado ha venido a verme, pero soy el único que ha dado la cara. La gente que vea los periódicos dirá que por qué sólo me quejo yo.

¿Ningún político se ha dirigido a usted  estos  días?

Ninguno. Ni el alcalde, al que pedí ver la semana pasada, y me dijeron que tenía mucho trabajo.

¿Ha merecido la pena?

Pues no sé. Pero he decidido que debo pensar un poco más en mí. Mi hija pequeña preguntaba y la teníamos que decir que estaba en el pueblo.

¿Así que desiste?

Sí, me resigno a lo que decida la justicia. Hay puesta una querella por fraude contra el constructor Rafael L. M.

Ya, pero a lo mejor tampoco recuperan así el dinero...

Puede ser, porque ha declarado toda la empresa en quiebra y como debe a más de 120 entidades, no creo que nos llegue.

¿Y entonces cuál es la solución?

Hay un perito que está investigando si el Banco Sabadell no controló adónde se dirigía el dinero que le habían dado para construir el edificio. Hay muchos movimientos a otras cuentas personales. Si se demuestra, lo demandaremos como responsable subsidiario para recuperar el dinero.

¿Cómo ha sido esta experiencia?

Muy dura. Solo, con algo de ropa y una botella de agua, en una casa que debía ser mía y no lo es, y con mucha humedad por las noches.

Y en esos momentos en los que estaba sólo, ¿qué pensaba?

Que esto es una injusticia total. Que el constructor tiene su casa y está en la calle, y nosotros otra vez tendremos que empezar desde cero.

Bio. Leonés, 47 años, casado y con tres hijas. Tiene una discapacidad parcial al 55%. Compró, como otras 20 familias, una casa en la calle Prado.

Mostrar comentarios

Códigos Descuento