Castilla y León no se encuentra entre las zonas españolas con mayor actividad sísmica debido a que las aceleraciones de placas "no son grandes" respecto a otros puntos donde sí se dan con mayor consistencia como es el caso del sureste de la Península.

Así lo ha señalado el experto en terremotos y profesor del Departamento de Geología de la Universidad de Salamanca (USAL), Pablo Díaz, quien, en declaraciones a Europa Press, ha indicado que los mayores niveles, siempre más bajos que en otros puntos del país, se dan en el noroeste de Zamora.

En esta zona de la comunidad castellanoleonesa se recogió en 1962 un temblor de tierra de cinco puntos de la escala Richter pero a una profundidad mayor a la del epicentro del terremoto de Lorca (Murcia).

En el resto de puntos de la Región, la mayor peligrosidad llegaría por "campo lejano", es decir, por movimientos en otros puntos que se harían notar en la Comunidad autónoma.

Así ocurrió en Lisboa en 1755, cuyo seísmo se notó en lugares como Valladolid o Salamanca, donde se produjeron grietas en la torre de la Catedral Nueva, que aún se mantienen.

Según el experto Pablo Silva, cuya tesis doctoral se centró en el estudio de la falla que afecta precisamente a Lorca, las zonas en las que se concentran las más altas cifras de actividad sísmica se concentran en el sureste español, en la franja próxima a la costa mediterránea entre el norte de Alicante y Cádiz.

Por ejemplo, la localidad de Arenas del Rey (Granada) se vio afectada en 1884 por un terremoto que fue de entre 6,5 y 6,9 puntos en la escala Richter. Previamente, en 1829, Torrevieja también sufrió los movimientos de placas.

En cuanto a Lorca, este municipio también ha tenido terremotos "parecidos" en siglos pasados. Se contemplan en los estudios de la zona movimientos a finales de 1500 y 1600 y el último en 1812.

Respecto a la prevención de daños como los ocurridos en la región de Murcia, Pablo Silva ha apuntado que estas zonas están más expuestas a este tipo de movimientos y que por eso está en vigor una normativa de construcción que obliga desde 1997 a tomar una serie de medidas.