Aguilera, disconforme con la decisión del Ministerio de prohibir la captura de bacaladilla en el Golfo de Cádiz

La Consejería de Agricultura y Pesca ha trasladado oficialmente al Ministerio de Medio Ambiente y Medio Rural y Marino (MARM) su disconformidad tras la decisión de cerrar la pesquería de la bacaladilla en el Golfo de Cádiz y le ha pedido que arbitre de "manera urgente" soluciones a corto y medio plazo para "garantizar la viabilidad y continuidad de esta flota en municipios altamente dependientes de la pesca".

La Consejería de Agricultura y Pesca ha trasladado oficialmente al Ministerio de Medio Ambiente y Medio Rural y Marino (MARM) su disconformidad tras la decisión de cerrar la pesquería de la bacaladilla en el Golfo de Cádiz y le ha pedido que arbitre de "manera urgente" soluciones a corto y medio plazo para "garantizar la viabilidad y continuidad de esta flota en municipios altamente dependientes de la pesca".

A pesar de respetar las decisiones restrictivas que tanto la Comisión Europea como el MARM están adoptando en determinadas pesquerías sometidas a Totales Admisibles de Capturas (TAC) —merluza, caballa, cigala y bacaladilla— teniendo en cuenta el estado de los recursos pesqueros, la Consejería ha mostrado su desacuerdo con esta decisión y así se lo ha hecho llegar al Ministerio.

Desde la Administración andaluza, según ha indicado en una nota, se ha solicitado al MARM en "numerosas" ocasiones que, ante la escasez de los recursos pesqueros y las restricciones de los TAC, se realice un reparto de la cuota nacional por modalidades y caladeros con el objetivo de que cada región conozca de antemano las posibilidades de pesca que tienen para el año en curso.

Esta medida, que se ha conseguido con la merluza y la caballa, no ha sido posible con la bacaladilla, de ahí la queja de la Administración andaluza, puesto que esta especie ya ha sufrido una drástica reducción del TAC para 2011, pasando de las 11.096 toneladas que tuvo en 2010 a 824 en 2011, lo que ha supuesto una reducción del 92,57 por ciento.

La prohibición de capturar bacaladilla a la flota de arrastre del Golfo de Cádiz ha causado un profundo malestar no sólo en la Consejería, sino en todo el sector ya que esta flota dirige sus esfuerzos a la captura de la gamba blanca, pero al ser un arte multiespecífico también captura otras especies como bacaladilla, merluza y cigala. Este sector ya ha sufrido este año otras restricciones, como ha sido en el caso de la merluza, asignándole solo el 7,59 por ciento de la cuota nacional, lo que equivale a 519,46 toneladas.

El sector de arrastre está sometido a un riguroso plan de gestión desde hace varios años y ha realizado un gran esfuerzo por mantener el equilibrio entre la rentabilidad y la sostenibilidad, prueba de ello ha sido la decisión de adoptar paradas biológicas sin subvencionar desde 2010. Asimismo, ha cambiado su malla de arrastre en el año 2009 para ejercer una pesquería más selectiva, ha modernizado sus embarcaciones y sobre todo ha reducido la capacidad de pesca en un 30%.

Así, en menos de cuatro años esta flota ha desguazado 63 barcos, lo que equivale a una reducción de 2.879,59 GP —disminución en tamaño— y 11.144,09 kilovatios —reducción en potencia—. Actualmente la flota de arrastre sólo la componen 147 barcos en el Golfo de Cádiz —16 en Ayamonte, 43 en Isla Cristina, 17 en Lepe, once en Punta Umbría, uno en Huelva, 37 en Sanlúcar de Barrameda, uno en Chipiona, uno en Rota, 17 en El Puerto de Santamaría, y tres en Barbate—.

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