El pleno del CES aprueba el estudio a iniciativa propia 'El sector agroalimentario en Castilla-La Mancha'

Está basado, fundamentalmente, en una encuesta realizada a casi 300 empresas de la región
Rueda De Prensa Del Presidente Del CES
Rueda De Prensa Del Presidente Del CES
CES
Rueda De Prensa Del Presidente Del CES

El Pleno del Consejo Económico y Social (CES) de Castilla-La Mancha ha aprobado por unanimidad el estudio a iniciativa propia 'El sector agroalimentario en Castilla-La Mancha', en el que se analizan las variables fundamentales que definen la importancia económica del sector así como las estrategias competitivas de las empresas.

Para ello, además de tener en cuenta el contexto en el que estas empresas desarrollan su actividad —rama de pertenencia, cifras generales del sector y tipología de las mismas—, se ha partido de los resultados de una encuesta enviada a todas las empresas del sector de la región, que ha sido contestada por 290, ha informado el CES en nota de prensa.

Entre las conclusiones a las que se llega en este estudio —teniendo en cuenta que el sector es muy heterogéneo, integrado por ramas productivas con muy distintas características y resultados—, cabe destacar que "sería beneficioso para todo el sector agroalimentario de la región intensificar su capacidad de innovación, diferenciación de producto y estrategias de integración vertical".

Todo ello, "acompañado de un esfuerzo de mayor control de las fases de comercialización, unido a la promoción y propaganda de los productos, y de elementos que resalten la calidad y diversidad del sector como puede ser la utilización de marcas propias, denominaciones de origen incluidas las de carácter ecológico, indicaciones geográficas protegidas y especialidades tradicionales garantizadas". CALIDAD

De los resultados de la encuesta realizada, cabe destacar que la principal ventaja del sector proviene de la calidad de las materias primas agrarias de la propia región, de las que mayoritariamente se abastece la industria agroalimentaria de Castilla-La Mancha, mientras que la desventaja fundamental está ligada a no acabar de aprovechar bien esa capacidad por falta de innovación.

De esta forma, parece ser que no se resalta suficientemente la singularidad y excelencia de muchos de los productos, porque no se completan y acentúan esos aspectos en el proceso industrial o transformador y, especialmente, en la distribución y comercialización de los mismos.

También se constata que ha habido notables avances en este sentido, sobre todo en la fase de transformación, y se destaca el esfuerzo y los resultados que se han conseguido en muchos productos, de los que el vino es un claro ejemplo. Así, aunque se está reconociendo cada vez más, la mejora de la calidad de los vinos castellano-manchegos y su gran relación calidad-precio, luego no se traduce en la misma media en la penetración en los mercados.

Por este motivo, se considera que hay que poner en valor la calidad de los productos, asociada a la de las materias primas que mayoritariamente provienen de la propia Castilla-La Mancha. Esto implica políticas de apoyo al mantenimiento de explotaciones familiares y redes locales, pero no tanto en forma de subvenciones que ayuden a su subsistencia, como en ayudas a la inversión y al establecimiento de buenas prácticas mediante la cooperación horizontal y vertical entre empresas del mismo sector.

Estas buenas prácticas se refieren a cualquier estrategia de innovación, en especial a la innovación de productos que destaquen su calidad y diferenciación; y en procesos de producción favoreciendo la integración vertical mediante acuerdos y contratos entre diferentes empresas; así como en todo lo que se refiera a la comercialización e imagen y reputación de los productos, no solo a través de campañas de promoción y publicidad, sino incentivando la introducción de nuevas y diversificadas formas de comercialización.

Colaboración y cooperación

Por otro lado, hay una cuota importante de producción que parece renunciar a cualquier tipo de innovación o diferenciación: tres cuartas partes de las empresas encuestadas declaran no realizar actividades de I+D. La mayor parte de las ventas se realiza a granel, más del 60%, y alrededor del 65% va destinada a mayoristas/minoristas en destino y a grandes empresas de distribución, y si se suman mayoristas/minoristas en origen superan el 85%.

Sobre este particular, se recomienda —sin renunciar a la competencia en precios y a las ventas a granel, a mayoristas/minoristas en origen y en destino, o a las grandes empresas distribuidoras— ganar mayor cuota de valor añadido, además de por las vías ya señaladas, tratando de establecer redes de colaboración e integración vertical con los proveedores de materias primas, y en especial con los agricultores locales, avanzando en los procesos de transformación de materias primas propias y de comercialización y venta directa.

En la mayoría de los casos, y dado el predominio de empresas familiares y de muy pequeño tamaño es necesario incentivar la cooperación, poniendo en común conocimientos que favorezcan la innovación y servicios a las empresas, y creando redes comunes de comercialización, llegando incluso a establecer comercios al por menor que reúnan productos afines y de distintas marcas.

Comercio exterior en relación con el comercio exterior, el estudio asegura taxativamente que hay seguir apostando por él. El sector agroalimentario en Castilla-La Mancha mantiene una balanza comercial positiva y se ha conseguido un incremento superior de las exportaciones que de las importaciones. Sin embargo, esto no debería ir en detrimento de una mayor penetración en los demás mercados.

Por el contrario, señala que la promoción de la exportación debe ir unida al mejor aprovechamiento del mercado nacional, incluido el regional y los mercados locales, impulsado por la innovación y una mayor y mejor estrategia comercializadora.

Si no se hace así, el estudio mantiene que una parte importante de la exportación tiende a convertirse en una válvula de escape y ante la falta de salida de los productos en mercados más consolidados, se recurre a vender al mercado exterior en segmentos de producción donde predomina la competencia en precios. De esta forma, se renuncia a conseguir un mayor valor añadido acorde con la calidad de muchos de los productos agroalimentarios de la región.

Ramas de actividad del sector

Para poder profundizar más tanto en el análisis como en las conclusiones que se realizan, el estudio tiene en cuenta que el sector está compuesto por una gran diversidad de ramas y empresas. Así, concluye que las ramas de cárnicas, vinos y lácteas, por este orden, son las que mayor peso relativo tienen en cuanto a ventas, valor añadido y empleo, representando entre las tres más de la mitad del sector en la región.

En lo que se refiere al empleo, habría que incluir la rama de pan, pastelería y pastas alimenticias. En comparación con la media española, se observa una especialización de Castilla-La Mancha en vinos, lácteas y cárnicas.

Sin embargo, no existe una coincidencia entre las ramas en que hay especialización y las que mayor productividad y rentabilidad tienen. En productividad destacan otras bebidas alcohólicas, lácteas y molinería. Y en rentabilidad, medida por el margen bruto de explotación, sobresalen conservas de frutas y hortalizas; transformación de pescado; azúcar, chocolate y confitería, y otros productos diversos.

Las ramas de bebidas (menos las alcohólicas en cuanto a productividad); de grasas y aceites, de productos para la alimentación animal y de otros productos alimenticios aparecen por debajo de la media regional del sector agroalimentario, tanto en productividad como en rentabilidad.

Mostrar comentarios

Códigos Descuento