El CEIP Inocencio Sosa de La Orotava (Tenerife) recibe el premio CreArte del Ministerio de Educación

El CEIP Inocencio Sosa Hernández del municipio tinerfeño de La Orotava ha recibido el premio CreArte de la convocatoria 2010 del Ministerio de Educación, en la categoría de Centro Educativo Creativo. El galardón distingue una práctica educativa desarrollada a lo largo de todo el curso escolar, englobada en el proyecto denominado "Un país más su cultura, dos ilusiones educativas", según ha informado en un comunicado la corporación local.

El CEIP Inocencio Sosa Hernández del municipio tinerfeño de La Orotava ha recibido el premio CreArte de la convocatoria 2010 del Ministerio de Educación, en la categoría de Centro Educativo Creativo. El galardón distingue una práctica educativa desarrollada a lo largo de todo el curso escolar, englobada en el proyecto denominado "Un país más su cultura, dos ilusiones educativas", según ha informado en un comunicado la corporación local.

El 2009 fue el año Europeo de la Creatividad y la Innovación y el 2010 el Año Internacional de Acercamiento de las Culturas. "Por ello cuando comenzó el curso escolar 2009/2010 —explica la directora del colegio, Magdalena Arce— el segundo ciclo diseñó este proyecto de innovación e investigación educativa de manera que uniera los dos años: el europeo y el internacional".

En este sentido detalla que "la iniciativa pretendía fortalecer los vínculos entre educación y arte, valorar la diversidad cultural, fomentando siempre la creatividad desde el proceso de enseñanza hacia el de aprendizaje para adaptarse a la sociedad actual y conseguir una educación y una escuela inclusivas".

Así, se priorizaron cuatro de las ocho competencias básicas: competencia para el tratamiento de la información y competencia digital, competencia cultural y artística, competencia para aprender a aprender y la competencia en autonomía e iniciativa personal, "al considerarse imprescindibles para el adecuado desarrollo del proyecto", precisa. El resto de las competencias ayudaron a integrar los aprendizajes, a relacionar los contenidos estudiados y a utilizarlos de manera activa y efectiva.

"Además, se añadió otra competencia, la competencia emocional para que nuestros alumnos y alumnas aprendieran a regular sus emociones para ser competentes en su interacción con personas diferentes de culturas diferentes", agregó.

Magdalena Arce resalta que se aprovecharon todos los recursos del centro y se realizaron las actividades en aulas distintas a la habitual como los pasillos, el comedor, el patio y creándose otros como el supermercado, la ciudad * Otras actividades se desarrollaron fuera del centro: en museos y galerías de arte de otros municipios de la isla. Por otro lado, se dio libertad con respecto a las posturas corporales; podían permanecer sentados en el suelo, tumbados, de pie* lo importante era que estuvieran atentos, activos, participativos y, sobre todo, receptivos.

"La sorpresa fue algo constante a lo largo del curso", resaltó Magdalena Arce. "Las actividades se cambiaban semanal o quincenalmente, y se ofreció al alumnado la posibilidad de elegir qué quería aprender y cómo lo quería enfocar. Se potenció el trabajo cooperativo, la auto evaluación y la coevaluación, con el fin de aprender a valorar y respetar el esfuerzo personal". A través del Plan de Acción Tutorial se invitó a las familias a aportar sus conocimientos organizando talleres, participando activamente: contando sus historias, buscando información, ayudando a formar grupos de trabajo fuera del colegio, y en festivales, entre otras cosas.

El trabajo realizado durante los dos primeros trimestres preparó a los niños para elegir qué país querían conocer y enseñarlo en el tercer trimestre. Partiendo de los contenidos estudiados, se les abrió una variedad de aspectos que podrían descubrir de su país: situación, clima, historia, religión, ciudades y pueblos, paisaje, educación, familias, trabajos, transportes, deportes, fiestas, música y folklores, gastronomía, monumentos, museos y arte, personas importantes, fauna y flora. La tutora eligió también un país y evolucionó al ritmo de sus alumnos.

Para el estudio del país partían de sus conocimientos previos y de aquellos que les aportaban sus familias, y también podían consultar en la biblioteca del centro, en el aula medusa*

Arce apunta que se acordó la forma de tomar notas para que aprendieran a redactar y tener una bibliografía a final de curso. Y a la vez se les ofreció la posibilidad de imaginar cómo les gustaría que fueran sus países y que los representaran en una toalla. También diseñaron una bandera para cada país.

Cada día varios alumnos exponían oralmente lo que habían aprendido del país que estaban investigando. Se dedicaban sesiones a jugar a los juegos tradicionales de los países estudiados, a conocer canciones típicas, a representar los países y sus banderas, y a la búsqueda de información. Todo el trabajo elaborado se recogía por escrito, de manera que cada alumno elaboró un dossier con toda la información del país.

Al final del trimestre cada alumno era capaz de contar bastante información de su país, expresándose con claridad en diferentes lugares y ante diferente público, preparando una puesta en escena ante sus familias, el resto del alumnado y el profesorado del centro. Así explicaron su trabajo artístico, su investigación, cantaron las canciones de sus países y expusieron sus dosieres.

El proceso culminó con la presentación del proyecto a la convocatoria de los Premios CreArte y la obtención de uno de sus premios, en justo reconocimiento a la labor realizada por alumnos, profesores y familias. "Y la dotación de este premio será invertida en la creación de un teatro en el centro, de manera que se siga impulsando la creatividad de nuestros niños", subrayó la directora del CEIP Inocencio Sosa Hernández.

El Gobierno de España convoca anualmente los Premios CreArte para el fomento de la creatividad en la enseñanza infantil, primaria, especial y secundaria en los centros financiados con fondos públicos.

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