La Audiencia de Cantabria ha condenado a diez años y medio de prisión a dos hombres por un delito de tenencia de las herramientas necesarias para la falsificación de tarjetas de crédito o débito en cajeros automáticas, pero en cambio les absuelve del delito de estafa por el que también se les acusaba, al no haberse podido probar que realmente instalaran esos medios ni que consiguieran dinero a través de ellos.

En noviembre de 2007, la Policía Nacional, que les venía siguiendo, detuvo en un comercio a los dos procesados, ciudadanos búlgaros, que llevaban encima un teclado falso de cajero automático y un lector de bandas magnéticas preparado para acoplarlo a los orificios de los cajeros.

También llevaban otras herramientas, como un destornillador, un cúter, cinta adhesiva de doble cara, junto a dinero en efectivo, una tarjeta de crédito y una hoja de anotaciones.

Útiles similares aparecieron en un vehículo que usaban y en la habitación de un hotel.

La sentencia de la Sección Tercera de la Audiencia Provincial relata como estos dispositivos fueron instalados en distintos cajeros automáticos de Santander, de forma que se obtuvieron claves de varios clientes y se realizaron transacciones con Madrid y Roma, principalmente, por importes que ascendieron a 190.000 euros.

Pero no se ha podido probar que quienes lo hicieran fueran los dos acusados, T.T.S. y G.G.H., aunque de este último sí que consta que manipuló dos cajeros, sin que llegara a utilizarse para extracciones.

A estos delitos se suma uno de atentado a agentes de la autoridad y tres faltas de lesiones, en el caso de G.G.H, por reaccionar de forma violenta ante la Policía en los calabozos de la Comisaría y tratar de escapar de ellos tras agredirles..