He comprobado que desde que comencé a trabajar, hace 30 años, no sólo no hemos avanzado, sino que hemos retrocedido. En la actualidad los niños no escuchan y, además, el profesor ha de enfrentarse a unos padres que exigen en los docentes funciones que deben tener ellos. Ahora hay problemas en el aula para los que el docente no está preparado.

¿Cuáles presenta en las cartas que forman su libro?

Cuento casos reales sobre los temas más conflictivos, como el divorcio, la emigración, los niños homosexuales, el miedo de los padres a profesores y del director a determinados alumnos, entre otros muchos.

¿Cómo repercute eso en los profesores?

Las últimas estadísticas hablan de que más del 30% están de baja laboral, muchos por miedo a las clases, y eso demuestra que hay un problema que no se soluciona.

¿La escuela se ha convertido en un ‘aparcaniños’?

Se nota que hay una dejadez de los padres en muchos casos y que piden que el colegio solucione problemas que son suyos. El niño no puede estar 12 horas en la escuela, esa no es una solución. Los horarios tienen que estar para los alumnos, no para los padres. Los menores soportan mucha presión, y hay que escucharlos.

¿Hay más violencia en las aulas o es que se cuenta más?

Las dos cosas. Realmente está pasando, aunque no debe generalizarse.

¿Qué solución hay?

Lo que está claro es que no se soluciona con una ley. Se necesitan más especialistas y, principalmente, que los políticos escuchen a los profesores, que son los que saben qué pasa en el aula. Además, los padres deben colaborar. También hay que fomentar las tutorías y la convivencia social entre todos.

Bio

Nació en Olmedillo de Roa (Burgos) en 1954.  Ha dedicado media vida a la docencia, un tema sobre el que ha publicado varios libros.