La falta de seguidores es el resultado de las draconianas medidas de seguridad a la entrada del centro; la ubicación de la reunión -en Neve Ilán, un lugar bastante alejado, a las afueras de Jerusalén, en la sede del Canal "2" de la televisión israelí- y principalmente al hecho de de que Kadima es aún un partido con muchos más simpatizantes pasivos que militantes activos.

"El público ha votado por un programa político centrista y la continuación del camino de Ariel Sharón", dijo el militante Calev Ben Dor a las puertas del auditorio donde el líder de Kadima y más que probable futuro primer ministro de Israel, Ehud Olmert, saludaba uno por uno a los miembros de la lista electoral.

Ben Dor explica que la reducida presencia de militantes se debe a que la mayoría estaban ocupados en la campaña electoral hasta el cierre de los colegios a las 22.00, hora local (20.00 GMT).

Los numerosos fotógrafos se tuvieron que empujar para obtener la foto de alguno de los pocos militantes de Kadima que agitaba una bandera del partido, mientras que la presencia del naranja fluorescente de las pegatinas que identifican a los periodistas superaba al azul y blanco de los adhesivos de los seguidores de Olmert.

Ben Dor expresó su satisfacción por los resultados, entre los abrazos y las palmadas en la espalda que intercambiaban muchos a su alrededor, y aseguró que "Kadima no tendrá ningún problema en formar un Gobierno de coalición".

Por su parte, Elad Shimunovich, con 22 años el más joven de los organizadores de la campaña de Kadima, confesó que "hubiera querido entre 38 y 40 diputados", aunque tampoco considera que tendrá ningún problema en formar una coalición de Gobierno "con el Partido Laborista."

Según Shimunovich, que terminó el servicio militar recientemente y tiene previsto estudiar Comunicación, "el principal atractivo de Kadima es su capacidad de establecer las fronteras definitivas de Israel, una meta que no puede alcanzar ningún otro partido".

El portavoz de Kadima, Avital Zahar, considera que el resultado de las elecciones supone "la victoria de la sensatez sobre la extrema derecha o izquierda".

Zahar afirma que esperaba cosechar más de 34 escaños pero se tendrá que conformar con alrededor de 30. No obstante, coincide con que formar una coalición de Gobierno es el menor de sus problemas y apunta que con el Partido Laborista y el Partido de los Jubilados sumarán más de sesenta, la mitad de los escaños del Parlamento.

Zahar aprovechó para arremeter contra el líder del Likud, de quien dijo que "mucha gente debe ahora pedir perdón, y entre ellos Netanyahu, que ha recibido una buena patada", pues su partido apenas obtendrá entre diez y once escaños, según los resultados provisionales.

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