Los corazones laten al unísono en los rituales colectivos

  • Los científicos analizaron el Paso del Fuego, un ritual en el que se atraviesa descalzo una alfombra de brasas ardientes con una mujer joven a cuestas.
  • Registraron los ritmos cardiacos de 38 de los participantes y determinaron que se produjeron estados de alerta comunes.
  • El estudio demuestra que un ritual puede provocar efectos fisiológicos sincronizados.
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Un hombre camina sobre brasas ardientes.
Un hombre camina sobre brasas ardientes.
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Un hombre camina sobre brasas ardientes.

Los rituales colectivos están presentes en todas las sociedades, pero su función aún está por definir y ha sido objeto de extensos debates. Hasta ahora, los análisis realizados al respecto sugieren que estos rituales podrían potenciar la cohesión social y que sus efectos no se limitarían exclusivamente a aquéllos que los realizan, sino también al público que los contempla.

Para tratar de comprender mejor el fenómeno, un equipo de investigadores de la Universidad Aarhus, de Dinamarca, ha estudiado los efectos fisiológicos que sufrieron los participantes y asistentes a un ritual español. Los resultados de su investigación han aparecido publicados en la revista PNAS.

En concreto, los científicos analizaron el llamado ritual del Paso del Fuego, que se celebra cada año, durante la noche de San Juan, en el municipio soriano de San Pedro Manrique. Este rito consiste en atravesar descalzo una alfombra de brasas ardientes, de unos tres metros de largo, llevando a cuestas a una mujer joven. Se desarrolla a medianoche y está cargado de simbolismo, porque es acompañado por procesiones con imágenes religiosas y música, entre otros elementos.

Para su investigación, los científicos registraron los ritmos cardiacos de 38 de los participantes en el Paso del Fuego: doce sampedranos que atravesaron las brasas, nueve espectadores relacionados con ellos (familiares o amigos) y diecisiete espectadores sin ninguna relación con los primeros (visitantes).

Sincronización cardiaca

A partir de dichos registros, los investigadores evaluaron después los incrementos en la dinámica del ritmo cardiaco de todos los voluntarios, aplicando un análisis matemático no lineal.

Tal como explica una de las autoras del estudio, la bioingeniera de la Universidad Aarhus, Ivana Konvalinka, se compararon los estados fisiológicos alterados y sincronizados de las 38 personas, mediante un análisis de cuantificación de recurrencias de los datos individuales y un análisis de cuantificación de recurrencias cruzadas por pares de participantes.

Los resultados determinaron que se produjeron estados de alerta comunes durante los 30 minutos que duró el ritual, entre aquéllos que cruzaron las brasas y los espectadores vinculados a ellos, pero no entre los primeros y los espectadores no relacionados.

Más específicamente, los registros demostraron que el ritmo cardiaco de los parientes y amigos de las personas que atravesaron la alfombra de brasas siguió un patrón casi idéntico al de éstas, aumentando y disminuyendo casi en sincronía con ellas.

Conexión fisiológica

Según los investigadores, este estudio demuestra que un ritual colectivo puede provocar un efecto fisiológico sincronizado entre participantes activos y espectadores. Asimismo, ha logrado relacionar observaciones de campo con la fisiología, y ha ofrecido un método único de cuantificación de los efectos sociales en la fisiología humana, en el marco de interacciones sociales reales.

Michael Richardson, profesor de psicología de la Universidad de Cincinnati no vinculado al estudio, opina en The New York Times que esta investigación demuestra que la conexión entre personas no está sólo en la mente, sino que existirían también comportamientos fisiológicos comunes, que ocurrirían continuamente, sin que seamos conscientes de ellos.

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