“Terras do Miño", equilibrio entre hombre y naturaleza

  • Por extensión, es la segunda Reserva de la Biosfera de España.
  • Se extiende por la cuenca alta del río Miño.
  • Dos centros de interpretación facilitan una primera aproximación a la zona.
Centro de interpretación de la Reserva de la Biosfera Terras do Miño.
Centro de interpretación de la Reserva de la Biosfera Terras do Miño.
Diputación de Lugo
Centro de interpretación de la Reserva de la Biosfera Terras do Miño.

Son muchos los rincones del  planeta que han visto como la actividad humana ha destruido bosques, ríos, lagos, tesoros de la naturaleza en peligro por la incapacidad de alcanzar un equilibrio. Sin embargo, en Galicia, en la provincia de Lugo, en “Terras do Miño”,  lagunas, islas y fragas, conviven en perfecta armonía con la tradicional presencia del hombre, dedicado a la agricultura y la ganadería.

Respeto al medioambiente

El río Miño no sólo es el gran protagonista del paisaje lucense, en torno al cual florece la vida, sino también del espacio natural conocido como “Terras do Miño”, que ocupa hasta un 40% de la provincia de Lugo y se extiende desde las sierras del Norte hasta el sur de la ciudad amurallada de Lugo. En total 363.669 hectáreas, que aglutinan a unas 160.000 habitantes repartidos en 26 municipios.

Un paseo por algunas de las rutas o senderos permite ver de primera mano que una convivencia sostenible, que una forma de vida, capaz de compatibilizar respeto al medioambiente, riqueza natural, historia y actividad humana es posible. La Unesco reconoció el esfuerzo realizado para que el desarrollo de actividades productivas y la protección del ecosistema fueran una realidad, y el 7 de noviembre de 2002 la incluye en la Red Mundial de las Reservas de la Biosfera, convirtiéndose así  en la primera zona gallega en alcanzar dicho reconocimiento.

Además, la mayoría de su extensión ha sido integrada en la llamada Red Natura 2000 e incorpora dos lugares de Interés Comunitario (a nivel europeo), el eje Parga-Ladra-Támoga, donde se integra Lagoa de Cospeito, uno de los humedales más importantes de Galicia, y “O Xistral”.

Bosques de ribera, plantas acuáticas, especies protegidas conforman la diversidad de la flora de la zona, que también se caracteriza por su amplia variedad faunística. La calidad de las aguas tanto del Miño como de sus afluentes, que discurren por paisajes donde contrastan montañas y valles, pastos y tierras de cultivo con entornos naturales de gran valor, favorece la conservación de especies como el mejillón y la nutria. En determinadas áreas protegidas también se han divisado ejemplares de lobo ibérico.

El paisaje de esta Reserva de la Biosfera viene marcado por las llamadas fragas, bosques de roble, castaño, acebo, abedul, especies  propias de zonas húmedas; y por las “insulas” o islas a lo largo del curso fluvial, que favorecen la formación de pequeños ecosistemas lacustres.

Un recorrido lleno de aprendizaje

Gracias principalmente a la carretera N-VI se puede acceder de forma rápida y sencilla a los diferentes puntos de interés desde los que comenzar a descubrir las maravillas, a veces ocultas, de este paraje. Además, también se pueden aprovechar tramos de los caminos de Santiago, como el Camino Francés, en el límite sur de la zona protegida, el Camino Primitivo, al atravesar Lugo, y el Camino del Norte.

Una parada en los dos centros de interpretación existentes puede resultar de gran utilidad. El primero, el de “Terras do Miño” (Lugo), desde donde se puede aprovechar para hacer la sencilla ruta “Miño abierto, río  abajo. Reserva de la Biosfera “Terras do Miño”, que apenas dura una hora y es fácil de realizar para todo el mundo. El segundo de los centros es el de “Insuas do Miño” (en el término municipal de Rábade). Desde aquí se puede seguir un sendero ribereño que nos llevará a conocer las “insuas” del río, San Roque, Cela y Trabanca.

Cerca del centro de interpretación de Lugo se halla también el itinerario mejor acondicionado. Se trata de dieciocho kilómetros que discurren por la orilla izquierda del río Miño hasta llegar al río Neira. En los paseos por la ribera del río hay que prestar atención a los “caneiros”,  presas bajas destinadas a las “pesqueiras” de anguila del Miño; al protagonismo que adquieren las lagunas; y a sitios como la herrería de Mazo de Santa Comba.

Otro de los lugares que también resulta de interés es el complejo etnográfico de A Fervenza, donde la visita incluye el molino, la pesqueira, el mazo, la fragua, el fuelle… Desde el punto de vista arquitectónico y arqueológico, llaman la atención el monasterio de Meira, la fortaleza de San Paio de Narla (Friol), el yacimiento de Castro de Viladonga y los restos romanos de Santalla de Bóveda. Pero el legado romano más importante se encuentra en la propia ciudad de Lugo. Sus más de dos kilómetros de murallas fueron declaradas Patrimonio de la Humanidad.

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