Suzuki pone buena cara a los malos momentos

Es evidente que Suzuki no atraviesa su mejor momento. Tanto la caída en las ventas (un 2,5% de media a nivel europeo con España a la cabeza) como las consecuencias del último terremoto de Japón están poniendo las cosas difíciles a la marca de cara a los meses restantes de 2011. A estas alturas y con un panorama que no pretende devolver los suministros energéticos y el abastecimiento de piezas hasta finales de año, los propios responsables de la marca darán por 'bueno' un ejercicio en el que el volumen en las ventas de turismos y 4x4 caiga un 10% con respecto al año pasado.

Al margen de esto, Suzuki recibe por fin una de sus novedades más esperadas, la del Swift con motor diesel, un propulsor mejorado que completa la gama básica de este modelo, renovado en 2010, cuyo lanzamiento estuvo protagonizado por el solitario propulsor de gasolina 1.2 de 90 cv al que ahora, por cierto, se le ha incorporado un sistema de parada y arranque automático del motor.

Con carrocerías de tres y cinco puertas, el Suzuki Swift Diésel estará disponible a partir de los 12.595 euros (con 2.000 euros de descuento ya incluidos). El equipamiento que se incluye en este precio, aunque no es nada escandaloso, resulta más que suficiente: control de estabilidad que el anterior modelo no tenía, aire acondicionado que muchos en la competencia no incluyen, siete airbags, llantas de 16”, entradas USB para el sistema de audio, y el actualizado ordenador de a bordo. A igualdad de equipamiento, Renault ofrece un precio algo inferior por su Clio dCi de 75 cv, mientras VW pide casi 2.000 euros más por el Polo 1.2 TDI 75 cv de tres cilindros.

Por otro lado, Suzuki pedirá automáticamente 600 euros más por la cómoda carrocería de cinco puertas y con el mismo equipamiento. A partir de ahí, acceder al acabado intermedio GLX con esta carrocería supone un desembolso de 14.295 euros, demasiado dinero a nuestro juicio para sumar solo el control de velocidad y el volante multifunción. Para incluir cierto lujo, como un techo solar o el sensor de aparcamiento, el precio a pagar es de 14.795 euros correspondiente a la terminación más alta, el GLX SR.

Las mejoras realizadas en el motor diesel (recordemos que es de origen Fiat y que se fabrica en la India) han servido para su tardía adaptación a la normativa Euro V y para reducir los consumos y las emisiones ligeramente. Los japoneses han optado por reducir el peso del bloque introduciendo plástico en el depósito de la entrada del intercooler, una bomba de combustible que requiere menos energía eléctrica y unos segmentos con menor tensión para reducir la fricción. Además, al volante se nota que han trabajado el aislamiento acústico y de vibraciones.

Así, el nuevo Swift diesel presenta un consumo de combustible homologado de 4,2 litros, lo que representa un ahorro de 0,3 con respecto al modelo anterior. De la misma forma, las emisiones han bajado en consecuencia desde los 120 hasta los 109 gramos de CO2. También es digno de mención que este buen registro de consumo lo consigue con un cambio manual de cinco velocidades que no ha cambiado, sin medidas de ahorro como neumáticos de baja resistencia o recuperación de energía en las frenadas y sin un sistema Start/Stop que está reservado exclusivamente para el motor de gasolina. Por cierto, a día de hoy sigue sin haber previsiones para añadir una opción de cambio automático en este motor.

A nuestro parecer la versión diesel ofrece más ventajas que la de gasolina, incluso teniendo en cuenta su menor potencia. Ahorraremos bastante combustible ganando en calidad de gestión del motor y con un cambio que se percibe más suave, con escalones entre marchas perfectamente ajustados. Gracias al buen funcionamiento del turbo tenemos una aceleración continua y bastante enérgica desde las 1.600 hasta las casi 3.000 vueltas. Además, circulando al límite de velocidad el régimen de revoluciones apenas llega a 2.000 vueltas, con lo que ganamos mucho confort acústico manteniendo una reserva de aceleración suficiente para adelantar rápidamente.

La parte mala del asunto es que decantarnos por la versión diesel supone un desembolso de 1.500 euros con respecto al mismo nivel de equipamiento en gasolina. No obstante, y aunque la diferencia no se llegue a amortizar con la diferencia de consumos, puede resultar una inversión interesante simplemente por la calidad de conducción.

El nuevo Swift, con los cambios estéticos practicados el año pasado, ha ganado presencia y mucha estabilidad debido a que es 9 centímetros más largo, cuenta con una distancia entre ejes más generosa (2,43 metros) y un ancho de vías más amplio que aporta la estabilidad necesaria en un modelo que no supera los 3,85 metros de longitud. Además, el rediseño del exterior (grupos ópticos, paragolpes y parrilla) junto a la introducción de un diseño más moderno en el interior ha devuelto al Swift el atractivo que se merece. Con la actualizada versión diesel bajo el capó, la primera toma de contacto es más que satisfactoria.