El alcalde de Logroño, Tomás Santos ha hecho balance de estos cuatro años, pero "se ha olvidado de aquello por lo que será siempre recordado por los logroñeses: por ser el alcalde que más les subió los impuestos y menos servicios les dio a cambio", según ha afirmado el PP en una nota de prensa.

En Logroño "es mucho más caro vivir hoy que hace cuatro años, a pesar de que las familias lo están pasando peor que nunca". El IBI ha subido un 18 por ciento y las tasas, hasta casi un 12 por ciento; pero es que en esta ciudad "también es más caro hacer deporte o que te pongan una multa, algo mucho más fácil que antes si consideramos que casi ha duplicado su recaudación por este concepto. Hasta viajar en el autobús urbano resulta más costoso que con el PP".

"Que el alcalde socialista ha exprimido más que en la historia de este Ayuntamiento los bolsillos de los logroñeses es evidente, pero, además, qué les ha ofrecido: menos que nunca". Las ayudas al alquiler "las ha reducido hasta unos límites increíbles (de poder recibir 4.800 en cuatro años ha pasado a una ayuda única de 500), ha endurecido las bases de las "chiquibecas" de modo que llegan a menos familias que antes (sin contar los retrasos de hasta 5 meses en el pago) y hasta eliminó el millón de euros destinado a los desempleados sin reparo alguno".

Los logroñeses, además, "se han sentido agraviados por la actitud despilfarradora que desde el principio tomaron el alcalde socialista y su socio Varea". "Juntos se han fundido los ahorros que el PP les dejó, a costa de contratar asesores, liberar concejales, duplicar estructuras de gobierno y gastar sin medida en propaganda", han añadido los populares.

De todo esto "no ha hablado el señor Santos, pero al parecer de sus graves incumplimientos tampoco. Porque él engaño, y mucho, a los logroñeses a cambio de sus votos, sin importarle jugar con sus sentimientos de modo inmoral". Hoy al menos debería "haberles pedido perdón por aquellas mentiras, pero no lo ha hecho con la liberalización de la AP-68, que iba a estar conseguida para el 1 de septiembre de 2007, y tampoco ha explicado por qué la cota cero se ha convertido en la cota razonable, exactamente la misma que estaba en el proyecto del PP".

De que su "calle principal", que hasta incluía un restaurante flotante surcando el Ebro, se haya quedado en una cafetería y una docena de barcas, "nada de nada". Tampoco se ha atrevido a dar los precios de sus "guarderías públicas" y compararlos con las de las "privadas", son exactamente iguales aunque en el primer caso los logroñeses además hayamos tenido que pagar la construcción de los centros.

Y en una actitud de "sincera contrición, debería haber dedicado un enorme capítulo para el engaño del patrimonio". El autoproclamado "gran defensor" del patrimonio ha tirado todo lo que prometió mantener: de la Estación del Tren a la Casa de las Tetas, pasando por la Casa del Guarda o la manzana del Tívoli. Tampoco en su repaso del Casco Antiguo "le han merecido ni la mínima atención los inmuebles que se ha dejado caer o ha derribado directamente, y mucho menos ha contado que la única labor que ha desarrollado en esta zona es continuar el trabajo que le dejó en marcha el Partido Popular".

En realidad, esa es otra de las grandes características de este mandato del Psoe-Pr, "vivir de las rentas". "Hay que tener cara para proclamarse artífice del soterramiento, cuando se lo encontró todo hecho, o hablar de política de vivienda si las más de 800 llaves de vpo que ha entregado proceden de promociones impulsadas en el Mandato anterior".

Tomás Santos debería sacar menos pecho con aquello de tener la "mejor ciudad para vivir" porque en poco ha contribuido él a lograrla y debería cuidar "al menos las formas para evitar ser uno de los alcaldes de España que más veces ha incumplido la Ley electoral".

Por otra parte, podía haber aprovechado el balance del Mandato para aclarar "qué ha pasado con las esculturas y las placas que pagó pero no recibió y a contar cómo piensa reponer los 100.000 euros de todos los logroñeses que entregó a cambio de nada".