Entre clase y clase, muchos estudiantes cuentan con horas sueltas que aprovechan para hacer varias cosas. La propia universidad ofrece alternativas para no desaprovechar el tiempo.

Urtzi Oleaga, estudiante de Magisterio de 22 años, explica que tiene tres posibilidades: «Si hace bueno, salgo a la calle; si hace malo, voy a la biblioteca, y si hace muy malo, me reúno con unos amigos en lo que llamamos el zulo, que es un aula vacía que hay en la escuela».

Peru, de 20 años y que estudia matemáticas, apuesta por sacarle partido académico al tiempo. «Si tengo más de una hora, suelo ir a estudiar, pero si no, entre que tomas un café o haces fotocopias, se te pasa rápido».

Una de las opciones que ofrece la UPV, y que cada vez  gana más adeptos, es el deporte. El polideportivo, junto al campus, cuenta ya con más de 2.000 socios, que por 12 euros al mes pueden realizar varias actividades. «Aquí vienen a hacer aeróbic en grupo, ciclismo indoor, bodypump, yoga, relajación; o individualmente pesas, cinta de correr, bici estática...», explica Jon Irazusta, responsable de deportes del campus de Vizcaya.

 Un partidillo en el descanso

Muchos estudiantes aprovechan las horas de descanso para echar un partidillo. El polideportivo de la universidad alquila por horas la cancha para que jueguen a baloncesto o a futbito. Sólo les cuesta diez euros entre todos y no hace falta que sean socios. «Normalmente, cuando tienes una hora libre, no la tienes tú solo; es fácil organizar partidos» señala Peru.

Jon Cabanillas Periodismo, 22 años. «Generalmente, aprovecho las horas libres para ir a la cafetería con los amigos. Si no, voy a la biblioteca o a la sala de ordenadores a mirar el correo. Aunque ahora, con la llegada del buen tiempo, es muy probable que baje a la campa a tomar el sol».

Naiara Cisneros Publicidad, 23 años. «Los tiempos muertos entre clase y clase los dedico habitualmente a pasar los apuntes que he tomado en clase, o bajar a tomar un café. Aunque si tengo mucho tiempo me acerco hasta casa».