Los Mossos d'Esquadra han detenido a 12 personas que formaban parte de un grupo especializado en robos con fuerza en domicilios, extremadamente activo y con gran movilidad por Catalunya y España, según han informado fuentes policiales.

La policía relaciona a los 12 detenidos, de los que 11 ya han ingresado en prisión, con una veintena de robos en Reus (Tarragona), Ripoll, Salt (Girona), Cornellà de Llobregat, Vic, Olesa de Montserrat, Gavà (Barcelona), Huesca, Logroño, Bilbao, Santander y San Sebastián.

La investigación se inició a raíz de dos robos con fuerza en inmuebles de Reus, y las primeras gestiones policiales permitieron establecer que los autores podrían ser miembros de un grupo completamente organizado y especializado en este tipo de robos.

El grupo acostumbraba a actuar mayoritariamente por la mañana, entre las 7 y las 14 horas, aprovechando que la gente iba a trabajar y marchaba de casa.

Sus miembros se desplazaban desde Cornellà, L'Hospitalet de Llobregat y Cerdanyola, donde tenían sus residencias habituales, hasta la población escogida utilizando siempre dos vehículos diferentes y después elegían los domicilios que consideraban más idóneos para realizar los robos.

La organización se distribuía las labores de vigilancia de la zona y de la entrada en los domicilios, comprobando siempre que no había nadie para forzar la puerta, utilizando diferentes herramientas.

A través de este primer piso forzado accedían a los domicilios contiguos por los patios interiores del edificio o a los balcones y terrazas, ya que estas puertas secundarias presentaban menos elementos de seguridad y el acceso era más fácil y rápido.

Dentro de los inmuebles robaban objetos que podían ser transportados en bolsas de mano o maletas, como relojes, gafas de sol, teléfonos móviles, ordenadores portátiles, material electrónico y joyas.

Los Mossos han recuperado en los domicilios de los integrantes del grupo, de entre 20 y 50 años y de nacionalidad colombiana y ecuatoriana, televisores, cámaras digitales, móviles, moneda extranjera, videoconsolas, ropa y zapatos, gafas de sol, perfumes y objetos electrónicos.

El grupo estaba plenamente organizado y su misión fundamental era la de cometer robos para conseguir de forma rápida beneficios, haciendo de esta actividad delictiva su medio de vida.

Cinco de los detenidos, a los que constan 16 antecedentes por delitos contra el patrimonio, eran los autores materiales de los robos, mientras que el resto eran los encargados de vender en el menor tiempo posible los objetos robados y extraer el máximo beneficio económico.

Los objetos robados los vendían en mercados y a personas conocidas —a un valor inferior al precio de mercado—, mientras que las joyas las vendían a peso en tiendas de compra-venta de oro; los investigadores han constatado que hacían con mucha frecuencia transferencias hacia sus familiares en Colombia.