En concreto, los restos óseos se han encontrado en las inmediaciones de un arroyo que atraviesa la finca de 'La Parilla', a unos doce kilómetros del casco urbano de este municipio, donde al parecer fueron fusilados vecinos de este pueblo a manos de los franquistas el 13 agosto del 1938.

Así lo ha explicado a Europa Press Televisión el presidente de esta asociación, Pedro Díaz, quien precisó que se han encontrado en este mismo lugar casquillos de balas que así lo demostrarían, además de los testimonios orales que así lo han confirmado en las investigaciones realizadas.

Se han empleado "casi dos años y medio de trabajo" en la localización de la fosa en la que yace "un grupo familiar" y en la que ha resultado vital el testimonio del hijo del guarda de la finca, quien relató con todo tipo de detalles la "escena realmente estremecedora" que se vivió entonces, que le había contado en repetidas ocasiones su progenitor antes de fallecer.

Para los familiares de estos desaparecidos, el hallazgo les aporta por un lado sensaciones "muy malas", al recordar al resto de familiares que han muerto antes de dar con sus seres queridos, y a la vez sienten "una satisfacción muy grande" por poderles dar una digna sepultura, tras tantos años de espera.

Así lo han apuntado tanto Amparo como Rosa, nietas de dos de las mujeres que presuntamente fueron asesinadas en esta finca a manos de los sublevados. Amparo reconoce estar apenada por haber tardado tanto en dar con su abuela, a la que no volvieron a ver tras ser detenida en su domicilio mientras cocinaba y llevada prisionera en un camión. "Mi padre siempre se murió con la pena de saber donde enterraron a su madre", según lamentó esta mujer.

Identificación de restos

Por su parte, Rosa, a quien le ha causado "una satisfacción muy grande" el resultado de las prospecciones, manifestó sus deseos de que la identificación de los restos concluya cuanto antes para poder extraer los restos de sus familiares y darles una "digna" sepultura.

Tras localizar esta fosa común, la semana pasada se procedió a la apertura de la misma y tras la localización de los restos óseos, ahora una antropóloga ayuda en los trabajos de campo a dos arqueólogos para tratar de identificar a qué género pertenecen los mismos.

Esta labor no será fácil, según ha precisado la coordinadora de las excavaciones, Silvia Herrero, puesto que los restos descubiertos hasta el momento se encuentran "en un estado de conservación bastante malo" debido a la humedad que les ha afectado, lo que constituye "un problema para la identificación y el estudio antropológico", según adelantó antes de precisar que esperan haber concluido estos trabajos en un plazo de dos semanas.

Esta prospección está siendo posible gracias al empeño de los miembros de este colectivo, que cuentan con la ayuda del consistorio y una subvención concedida por el Gobierno central.