Hoteles poco comunes para viajeros caprichosos

Elegir un destino inusual asegura un viaje único. Cuidar los pequeños detalles garantiza unas vacaciones agradables. Y optar por alojamientos extravagantes puede hacer que cada noche fuera de casa sea inolvidable. El mundo está lleno de lugares poco comunes donde dormir e Internet es el sitio ideal para encontrarlos. Ahí van algunas ideas, con sus respectivos enlaces, para quienes quieran hacer especiales las preciadas horas de descanso en ruta.

El espíritu emprendedor de Estados Unidos ha aportado al mundo del turismo verdaderas locuras en forma de hotel. El Dog Bark Park Inn, en Cottonwood (Idaho), son alojamientos con forma de perro beagle gigante. Se dice que son las recreaciones de esta raza más grandes del mundo, y representan a una mamá con su cachorro.

Los viajeros que decidan recorrer este país podrán hospedarse en otros lugares también curiosos. En Nevada está el Nevada City Hotel, que es una auténtica casa del Antiguo Oeste con 10 habitaciones y varias suits victorianas. En San Bernardino, California, está el Motel Wigwam, que reproduce un poblado indio pero de una forma más infantil que el anterior. Este conjunto de enormes tiendas circulares está a pie de carretera en la Ruta 66. Otro concepto inspirado totalmente en la cultura estadounidense es el Shady Dell en Bisbee, Arizona. Se trata de varias caravanas decoradas en estilo vintage que sumergen a sus clientes en la América de los años 50.

Sin salir de Estados Unidos encontramos el Madonna Inn, en la costa central de California. Este mítico complejo hotelero, recientemente remodelado, tiene 110 habitaciones temáticas que llevan nombres de países y títulos como Fantasía Floral, Safari o Familia Imperial.

Pelirocco, en el centro de la localidad inglesa de Brighton, es el hotel del Rock & Roll. Sus 19 habitaciones temáticas están inspiradas en la subcultura pop, y los clientes pueden elegir desde la barroca Pin Up Parlour o la Play Room, con cama redonda y espejo en el techo, hasta la DollyWould, que es el típico cuarto de adolescente estadounidense. En Londres, por supuesto, hay más hoteles rockeros. El Pavilion es uno de los más famosos, con 30 dormitorios que recuerdan a diferentes iconos de la música y el cine.

El Propeller Island City Lodge de Berlín cuenta con 50 habitaciones decoradas de una forma única. En ellas, se combinan los muebles necesarios para descansar con otros elementos no tan convencionales, buscando transmitir un mensaje en muchos de los casos. Su dueño, responsable del diseño y de la fabricación de todo lo que hay dentro, define su negocio como una “obra de arte habitable”.

Pero, saliendo de los edificios de estructura común, podemos encontrar alternativas realmente imaginativas para pasar una noche. En la región austriaca de Ottensheim, cerca del Danubio, se han instalado fragmentos de una tubería que se alquilan como habitaciones. Das Park Hotel ofrece espacios cilíndricos donde cabe poco más que una cama de matrimonio, convenientemente decorados, con corriente eléctrica y una ventana respiradero. El baño y el resto de servicios se encuentran en las instalaciones comunes del complejo.

En Holanda, Harlingen’s Crane Hotel ofrece la posibilidad de alquilar una grúa portuaria para pasar en ella una noche o varios días. La estructura, perfectamente adaptada en el interior a su nuevo uso, se encuentra situada en un muelle, junto a un faro que también está disponible para huéspedes.

Motel de la Utopía, así es como se conoce al complejo diseñado por Pascal Haüsermann en la isla de Raon-l’Etape, al noreste de Francia. Se trata de un conjunto de habitaciones con forma de burbujas desperdigadas en un entorno natural. Cada una de ellas está decorada de una forma diferente.

Otras burbujas, pero estas suspendidas en el aire, forman el complejo Free Spirit Spheres situado en un bosque de Vancouver, en Cánada. Las estructuras están colgadas de árboles y no se permite alojarse a niños y niñas menores de 16 años.

Para sentirse también en el aire, existen varios aviones antiguos convertidos en hoteles en lugares tan dispares como Suecia, Nueva Zelanda o Costa Rica. Y quién ya quiera dormir como un verdadero pájaro, puede probar a descansar en un nido tamaño humano en Tree Bones Resort, cerca de San José, en la costa pacífica de Estados Unidos.