M.Investigadores de la US alertan del peligro del impacto humano en las dunas costeras

Un grupo de investigadores de la Universidad de Sevilla han publicado un estudio sobre el impacto humano en las dunas naturales del Golfo de Cádiz, en los espacios naturales protegidos de La Flecha Litoral de El Rompido (Huelva) y Enebrales de Punta Umbría, también en la provincia onubense, donde demuestran que estos sistemas dunares están expuestos a la presión del hombre.

Un grupo de investigadores de la Universidad de Sevilla han publicado un estudio sobre el impacto humano en las dunas naturales del Golfo de Cádiz, en los espacios naturales protegidos de La Flecha Litoral de El Rompido (Huelva) y Enebrales de Punta Umbría, también en la provincia onubense, donde demuestran que estos sistemas dunares están expuestos a la presión del hombre.

El estudio, publicado en Journal of Coastal Research y según explica SINC en una nota, está dirigido por Sara Muñoz Vallés, investigadora de la US, quien explica que el trabajo pretendía identificar "qué factores influyen en la vulnerabilidad de las dunas", indicando que por un lado, estos ecosistemas están expuestos a perturbaciones naturales como las tormentas, pero además, el impacto humano puede tener consecuencias "negativas incluso en zonas de difícil acceso".

Por otro lado, indica que los científicos han estudiado los sistemas dunares en La Flecha Litoral de El Rompido, una "lengua de arena" separada del continente casi en su totalidad, y cuya carga de turismo por accesibilidad es muy baja, tan solo hay unos dos kilómetros de acceso directo, los diez restantes solo son accesibles por barco,, y en Enebrales de Punta Umbría, de accesibilidad directa en su totalidad y con una considerable carga turística.

La investigadora Muñoz Vallés ha señalado que han evaluado la debilidad del sistema de dunas dividiendo éstas en tres zonas. Así, la primera de ellas, en su mayoría de la zona libre de la Flecha, registró "una baja vulnerabilidad", si bien, el nivel de las otras dos zonas fue "medio, una puntuación relativamente alta al tratarse de dunas naturales".

Según sus estimaciones, algunas de las zonas más afectadas, tanto en la Flecha como en Enebrales, debían esta inestabilidad al impacto humano. "Los parkings construidos dentro del espacio de dunas, el mal diseño de los accesos y el escaso control de los turistas, así como las pasarelas colocadas a nivel del suelo que permiten el paso a la playa cortando el primer cordón dunar, y que interrumpen la dinámica natural de las dunas, han contribuido a esta vulnerabilidad", señala la investigadora.

Este hecho, según precisa, evidencia que zonas de La Flecha donde no hay pasarelas y los turistas tienen acceso libre al sistema de dunas registrara el mismo grado de fragilidad y de conservación baja que las zonas en Enebrales, donde existían seis pasarelas para evitar que el paso afectara a la duna.

A raíz de estos resultados, se ha puesto en marcha un programa de regeneración de dunas en las zonas más afectadas, así como la mejora de las pasarelas existentes, y se han construido nuevos accesos diseñados convenientemente, "pero aún queda mucho por hacer", apunta la científica.

Para Muñoz Vallés, ciertas características de un sistema de dunas, como la orientación de la costa o la incidencia del mar, "no son modificables con técnicas blandas de manejo". Sin embargo, el impacto humano se puede evitar con mayor información a los turistas e infraestructuras adecuadas.

Vegetación dunar

La vegetación de las dunas está adaptada a condiciones duras y tienen un alto grado de especies singulares. En el caso de la zona del Golfo de Cádiz, en aproximadamente 600 hectáreas se concentran 25 endemismos y 16 especies amenazadas, por lo que "la flora está protegida por su singularidad, al igual que su fauna", añade.

"Además de su riqueza paisajística y biológica, las dunas tienen una dinámica de formación particular, muy plástica, y una función protectora del interior muy importante", resalta, al tiempo que indica que existen estudios referentes al paso del huracán Katrina que explican cómo los manglares bien conservados han atenuado los efectos demoledores y la erosión provocada por este temporal, mientras que manglares que estaban en bajo estado de conservación no tuvieron esta capacidad, un caso similar al de las dunas frente a los embates del mar.

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