Si la lluvia no lo impide, el Señor de las Tribulaciones volverá a encontrarse con los fieles del barrio santacrucero de El Toscal. Ellos, como una tradición heredada, le esperarán en cada una de las bocacalles que cruzan La Rosa para una vez saludado y a su paso sumarse a la procesión hasta que vuelva a salir del barrio como lo llevan haciendo desde el siglo XIX después de que el cólera azotara a El Toscal y el Señor de Las Tribulaciones les librara de él.

El Martes Santo en Santa Cruz de Tenerife es uno de esos días donde el paso de la procesión congrega a los vecinos de siempre que esperan como siempre en las aceras saludando a quienes se fueron de El Toscal y vuelven para acompañar a las Tribulaciones, cargados de fe y devoción y en algunos de ellos, nuevas promesas. No importa que el cielo plomizo y el temor de la lluvia no deje salir a la imagen, porque ellos esperarán hasta que llegue, convencidos en que ese es su día grande de Semana Santa.

La imagen rodeada de milagros y de historia permanece expectante durante el año en su retablo construido a cargo del devoto Francisco de Tolosa que conoció de los milagros de Las Tribulaciones. Ahora en la iglesia de San Francisco, después de que la antigua capilla del desaparecido Hospital de Nuestra Señora de Los Dolores se viera desbordado por la presencia de fieles, que acudían allí atraídos por sus milagros.

Ya en San Francisco, y por el año 1893, la imagen protagonizó el más conocido de sus prodigios: acabar con la epidemia del cólera que azotaba el barrio de El Toscal, según narra el libro 'Semana Santa de Tenerife', patrocinado por el obispo de Tenerife Domingo Pérez Cáceres. Los vecinos de entonces como los de ahora miraron a Las Tribulaciones y prometieron "sostener" su culto si desaparecía la enfermedad.

En la actualidad, Santa Cruz de Tenerife, pero sobre todo el barrio de El Toscal espera paciente su llegada con la misma tranquilidad que un familiar que vuelve a casa para acompañarle en su andar procesional por las calles. El rumor de sus voces, el silencio de la noche, los cantos, las flores y su paso por la calle de Las Tribulaciones forman parte de un ritual heredado sin que nadie pregunte por qué, ni cuándo. Este martes es el día del Señor de Las Tribulaciones, sencillamente.