Cómo distinguir un verdadero hotel sostenible

  • Hoteles acostumbrados a los excesos, apuestan ahora por la sostenibilidad.
  • El emplazamiento y la construcción determinan si se respeta el entorno.
  • La automatización de los consumos de agua y energía ahorra recursos.
El aprovechamiento de la luz solar ahorra energía.
El aprovechamiento de la luz solar ahorra energía.
Raquel Plaza
El aprovechamiento de la luz solar ahorra energía.

Aunque nuestras necesidades básicas no cambian, el concepto de calidad de vida evoluciona constantemente y la hostelería se adelanta para cubrir con creces todas las demandas del público. Esta excelencia, tantas veces mal entendida, ha generado en los últimos años un uso irresponsable de los recursos disponibles. Ahora que la tendencia es incluir la responsabilidad social entre los valores añadidos de los negocios hoteleros, la arquitectura sostenible gana enteros. Sin embargo, a veces es difícil distinguir el compromiso real del lavado de imagen.

Los parámetros ambientales más importantes a tener en cuenta para proyectar una construcción sostenible son cuatro: el emplazamiento y los consumos de agua, energía y materiales. Para ello hay que contar con los avances tecnológicos necesarios y las energías limpias, pero también con el sentido común: porque no se trata de gastar de una forma menos dañina, sino de gastar menos.

¿Qué es una construcción sostenible?

La sostenibilidad implica, en este caso, el mantenimiento de la actividad hotelera sin ayuda exterior ni merma de los recursos disponibles en su entorno. Los materiales de construcción de los edificios deberían ser reciclados o renovables y de origen local, con el menor índice de emisiones posible durante el proceso de transformación y transporte. En ningún caso, la obtención de las materias primas debe suponer una sobrexplotación de los recursos naturales de la zona, porque el objetivo es que el impacto ambiental sea mínimo. Las condiciones laborales de las personas que fabrican estos productos y participan en la construcción también deben ser comprobadas, evitando el trabajo infantil y la violación de los derechos de los trabajadores.

Dejando de lado la teoría, un concepto tan amplio como este ha provocado que hoy podamos encontrar bajo la etiqueta de “sostenible” negocios muy diferentes. Por ejemplo, en Finlandia son habituales las pequeñas construcciones de madera en las que se combinan ahorro y energías renovables. Este tipo de edificaciones no ponen en peligro los bosques de la zona porque se hacen en paralelo programas de reforestación. Mientras, existen mega proyectos como el rascacielos Envisión Green Hotel, aún sin construir, que estará cubierto por células fotovoltáicas, y tendrá turbinas eólicas, jardines interiores como aislantes y una gran piscina de agua reciclada.

Sumados a esta tendencia, aunque con otra filosofía, también se pueden encontrar hoteles ecológicos, como los que llevan las certificaciones “The Green Key”, “The Swan” y “The Flower” en el norte de Europa. Copenhague es una de las ciudades con más lugares donde hospedarse en los que se apuesta por la decoración natural y la comida orgánica.

Cómo ahorra un edificio por sí solo

En lo relativo al consumo, las nuevas tecnologías tienden al ahorro. Las construcciones responsables buscan la eficiencia en el uso de agua a través de grifos automáticos y con limitador de caudal, inodoros de descarga reducida y activada por sensores, sustitución de bañeras por duchas o la implantación de electrodomésticos de bajo consumo. Se ha avanzado también en acumulación de lluvia, recuperación y reciclaje de aguas residuales o pre-tratamientos, a la vez que se generaliza la instalación de sistemas de riego eficientes y se seleccionan las especies vegetales de acuerdo con el clima. Además, ya se reconoce la importancia de los pavimentos permeables que permiten el aprovisionamiento de acuíferos.

En cuanto al consumo de energía, se están siguiendo las mismas guías que con el agua, automatizando ciertos gestos para prevenir el derroche humano. Además, la iluminación natural está recuperando la importancia de antaño. La climatización de las estancias es uno de los puntos en lo que más se ha agudizado el ingenio para no abusar de calefactores y aire acondicionado. Entre las soluciones más utilizadas están el aislamiento con doble vidrio, las persianas externas, la creación de invernaderos para capturar el calor del sol y distribuirlo en el interior, y el uso inteligente de las corrientes de aire como método de ventilación.

El impacto ambiental tantas veces ignorado

Al urbanizar una zona se deben tener en cuenta los ecosistemas circundantes e intentar evitar los daños que puedan producir el aumento de la población, el transporte o los residuos generados. De ahí, la dudosa “responsabilidad ambiental” de ciertos mega complejos que se ponen la medalla del ahorro y las energías renovables pero no miden el impacto real de su volumen de negocio.

En realidad, los expertos aseguran que el cambio va más allá de los trabajos de ingenieros y técnicos, y que tiene que ver con la sociedad. La educación civil, el uso eficiente de recursos, minimizar los desperdicios e incrementar la demanda de servicios públicos de calidad son asignaturas también pendientes de la ciudadanía.

Mostrar comentarios

Códigos Descuento