Condenado a 5,8 años de cárcel por tratar de asesinar a su padre por no darle dinero

La Audiencia de Valladolid ha impuesto hoy una pena de cinco años y ocho meses de prisión a Miguel Ángel M.S, quien la noche del 24 de diciembre de 2009 hirió de gravedad a su padre, de unos 70, tras propinarle una brutal paliza en el domicilio familiar.

La Audiencia de Valladolid ha impuesto hoy una pena de cinco años y ocho meses de prisión a Miguel Ángel M.S, quien la noche del 24 de diciembre de 2009 hirió de gravedad a su padre, de unos 70, tras propinarle una brutal paliza en el domicilio familiar.

El juicio no llegó a celebrarse debido a que el procesado llegó finalmente a un acuerdo con el Ministerio Fiscal, que inicialmente pedía una condena de siete años y medio, de forma que reconoció los hechos, pidió disculpas por su comportamiento, que atribuyó a su especial situación personal, y vio cómo la pena quedaba reducida a los referidos cinco años y ocho meses de cárcel, la prohibición de aproximarse o comunicar con su progenitor por espacio de once años y al pago de una indemnización de casi 66.000 euros, según informaron a Europa Press fuentes jurídicas.

Los hechos, tipificados como delito de tentativa de asesinato, con la agravante de parentesco y la eximente incompleta de trastorno mental, se remontan al día 23 de diciembre de 2009 cuando, entre las 14.30 y las 18 horas, el ahora condenado, quien convivía con sus padres en la vivienda familiar de éstos, sita en el número 23 del Camino de Fuente Amarga y que se encuentra dividida en dos partes, mantuvo varias discusiones con sus progenitores al pretender que le dieran 300.000 euros y a quienes advirtió de que sino se lo daban por las buenas sería "por las malas", ante lo cual la madre optó por entregarle 20 euros.

Con posterioridad, entre las 20.00 y las 21.00 horas, el padre, Melchor M.S, entró en el cuarto de la calefacción para echar leña, dependencia que se encuentra en la parte de vivienda en la que reside el imputado, y fue entonces cuando este último entró detrás de su progenitor, le agarró del brazo de forma sorpresiva y le propinó varios golpes con una sierra de fontanero, al tiempo que le exigía continuamente que le entregara el dinero.

Intento de asfixia con una silla

En el transcurso de este incidente, el acusado cogió un objeto metálico en forma de L y de unos 22 centímetros de longitud con un extremo acabado en punto y lo utilizó para golpear en la cabeza a la víctima de forma reiterada, ante lo cual el padre cayó al suelo pidiendo auxilio y gritando que su hijo estaba armado con un cuchillo y le había dejado ya tuerto de un ojo.

En ese momento, Miguel Ángel M.S. aprovechó para cerrar la puerta de acceso a la parte de la vivienda en la que reside, así como para bajar las persianas para que ni la madre ni persona alguna pudiera asistir al agredido, y todo ello sin dejar de golpear a éste en la cabeza con dos sillas que partió. Acto seguido, se hizo con otra silla que utilizó para presionar el cuello de su padre para intentar ahogarle, cosa que no consiguió gracias a la intervención de un vecino que acudió en ayuda de Melchor M.S.

Efectivos de la Policía Nacional, tras ser alertados por los vecinos de la agresión que el padre de familia estaba sufriendo a manos de su hijo, se personaron en la vivienda y accedieron finalmente a ella tras forzar una persiana y penetrar a través de una ventana que se hallaba abierta.

Al acceder al interior observaron parte del mobiliario destrozado, un gran número de objetos por el suelo, abundante sangre por todas partes y al agredido tendido en el suelo aún consciente pero con la cara totalmente ensangrentada y con múltiples lesiones en la cabeza.

A consecuencia de los múltiples golpes recibidos, el padre del acusado sufrió gravísimas lesiones, entre ellas el estallido del globo ocular derecho, un traumatismo craneo-encefálico con hematoma subdural, una contusión intraparenquimatosa cerebral, fractura del hueso frontal izquierdo, así como del arco cigomático y de la órbita derecha, a resultas de lo cual permaneció hospitalizado 73 días e impedido de sus ocupaciones habituales 180 días, a lo que se añaden 253 días que necesitó para la total curación o estabilización.

El procesado se encuentra incapacitado parcialmente en el orden civil por sentencia de 11 de abril de 2001 por presentar un trastorno esquizofreniforme, un trastorno esquizotípico de la personalidad y un trastorno de la personalidad, mental y del comportamiento debido al consumo de tóxicos y alcohol.

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