La subida de precios, mayor que los sueldos, empobrece a los asalariados españoles

  • Los alimentos se encarecen hasta un 13% en el último año.
  • Mientras que los salarios suben por debajo del IPC.
  • Estas circunstancias recortan el poder adquisitivo de las familias.
Rocío Espinosa, este martes, haciendo la compra junto a su hija pequeña.
Rocío Espinosa, este martes, haciendo la compra junto a su hija pequeña.
JORGE PARÍS
Rocío Espinosa, este martes, haciendo la compra junto a su hija pequeña.

El coste de la vida continúa subiendo en España al tiempo que la actividad económica y los salarios se mantienen casi estancados. Solo el mes pasado, el IPC creció un 0,7% con respecto a febrero, y acumula ya una subida del 3,6% si lo comparamos con el año pasado.

El encarecimiento de los combustibles –un 20,3% en el último año– es la principal causa del alto IPC, si bien otros productos y servicios han experimentado subidas interanuales muy por encima de la media: Los alimentos sin elaboración son un 12,8% más caros; el alcohol y el tabaco, un 14,7% y el transporte, un 9,8%. El Gobierno espera que la inflación se modere a partir de julio.

A la vista de los datos, y si sumamos la reciente subida del Euríbor –la referencia para las hipotecas– hasta el 1,25 decretada por el Banco Central Europeo (BCE), la capacidad de compra de los españoles se resiente cada vez más. Y más si los incrementos salariales están por debajo del IPC. Los nuevos convenios firmados reflejan aumentos del 1,66%, dos puntos por debajo de la inflación, denuncia el sindicato USO.

Sin contar los 4,53 millones de parados, el empobrecimiento progresivo está siendo un hecho para los españoles. El salario medio anual, según la OCDE, es de 23.200 euros, mientras que la media europea es de unos 35.000. La renta per cápita –la riqueza total del país dividida entre la población–, sin embargo, es prácticamente igual a la de la UE.

Precisamente la OCDE publicó este martes un informe que informa de que los españoles dedican un 19% de su tiempo a trabajar, por encima de alemanes y holandeses (que emplean el 16% del tiempo a actividades remuneradas). Con tal poder adquisitivo, y con un 80% de gastos fijos sobre la renta (alquiler, seguros...), son cada vez más quienes recurren a créditos rápidos y tarjetas para hacer frente a los pagos. Una fórmula demasiado cara a largo plazo, "con unos intereses de hasta el 18%", según la Asociación General de Consumidores.

"Menos de 50 euros en la compra, imposible"

Los autónomos mantienen los precios para salvar la clientela. 12 euros con 75 céntimos. Esta la factura que Rocío Espinosa pagó este martes en su carnicería de confianza, en el centro de Madrid. Rocío está casada y tiene un bebé.

Se llevó unos trozos de solomillo y de lomo de cerdo y una pechuga de pollo. "Tengo para dos o tres días", explica. Aún tenía que pasar por la frutería, la panadería, el supermercado y la farmacia. "Ya no puedes ir a hacer la compra con menos de 50 euros. Es imposible", cuenta al tiempo que recuerda que no hace mucho con esa misma cantidad le sobraba. Esta familia de tres miembros gasta una media de 150 euros a la semana en llenar el frigorífico.

Al otro lado del mostrador, David, el carnicero, asiente con la cabeza. Asegura que el precio de la carne ha subido un 10% en el último año, pero que la mayoría del incremento no lo están pagando los consumidores. "Nos vemos obligados a mantener los precios para que la gente no deje de consumir o se vaya a otros establecimientos", explica. También dice que el encarecimiento de los alimentos se nota en los pedidos de sus clientes. "Se compra menos ternera y se pide más pollo y cerdo. Los caprichos han quedado para el fin de semana".

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