Forenses ven "imposible" que el bebé se tragara el papel y defienden que alguien hizo "presión"

Los dos médicos forenses del Instituto de Medicina Legal de Sevilla que realizaron la autopsia al cadáver del bebé de 28 días que supuestamente fue asfixiado por sus padres con un trozo de papel higiénico para que dejara de llorar, han considerado este martes "prácticamente imposible, por no decir imposible", que un bebé con tan escasos días de vida pudiera tragarse por sí mismo el papel, por lo que han opinado que alguien tuvo que hacer "presión" hacia abajo hasta conseguir que la celulosa quedara alojada en la laringe.

Los dos médicos forenses del Instituto de Medicina Legal de Sevilla que realizaron la autopsia al cadáver del bebé de 28 días que supuestamente fue asfixiado por sus padres con un trozo de papel higiénico para que dejara de llorar, han considerado este martes "prácticamente imposible, por no decir imposible", que un bebé con tan escasos días de vida pudiera tragarse por sí mismo el papel, por lo que han opinado que alguien tuvo que hacer "presión" hacia abajo hasta conseguir que la celulosa quedara alojada en la laringe.

Durante la segunda jornada del juicio con jurado popular que se sigue en la Audiencia Provincial de Sevilla, los dos forenses han puesto de manifiesto que la niña "estaba sana" y han indicado algunos de los aspectos que le llamaron la atención a la hora de realizar la autopsia, como son que el cadáver presentaba lesiones en un párpado, una mancha violácea en la nariz y, además, tenía roto el frenillo superior de la boca, todo lo cual "nos puso en estado de alerta". Tras ello, hallaron además en la laringe un cilindro de papel de 8,4 gramos de peso "y del tamaño del pulgar de un adulto".

"Ese mogollón de papel era tan grande como la cavidad de la boca de la menor y del tamaño de su lengua, por lo que fue ese trozo de papel el que le provocó la asfixia", según han proseguido los facultativos, quienes han subrayado que "es altísimamente improbable" que el bebé, de 28 días de vida, "fuera capaz de meterse ese papel en la cavidad oral de forma espontánea", pues con esa edad "el acto reflejo es expulsar todo lo que sea sólido". "Un bebé con 28 días no tiene capacidad para ingerir elementos sólidos, por lo que alguien tuvo que empujar y hacer presión para introducir ese papel hasta la laringe", han aseverado.

Presencia de etanol en sangre

De igual modo, han explicado que hallaron etanol en la sangre de la niña, pero han descartado que ese etanol procediera del alcohol con el que, según el padre, impregnó el papel higiénico al objeto de taparle una herida que tenía en la comisura de los labios, por lo que, según han agregado, "lo más probable es que la madre hubiera consumido alcohol y ese alcohol se lo traspasara a través de la lactancia", todo lo cual "no quiere decir que la madre sea una alcohólica". Los forenses han afirmado que la muerte del bebé tuvo lugar entre las 6,00 y las 6,30 horas del día 31 de agosto de 2009.

En la sesión de este martes también han declarado una pediatra, un médico y un intensivista del Hospital Virgen Macarena de la capital hispalense, quienes han coincidido en señalar que, al llegar al centro hospitalario, la menor presentaba un color "morado" y no tenía respiración, mientras que la temperatura corporal "era fría". Además, han coincidido en indicar que es "muy difícil" que un bebé de 28 días pueda tragarse voluntariamente un trozo de papel, pues "tienden a expulsar los elementos sólidos" y únicamente ingieren los líquidos.

Una vez han terminado las declaraciones de los peritos, la Fiscalía ha elevado a definitiva su petición de 20 años de cárcel para el padre, Rubén C.O., por un delito de asesinato con alevosía, y de 13 años de prisión por un delito de homicidio en comisión por omisión para la madre, Esther S.D., aunque en el caso de esta última ha admitido, de manera alternativa, que se la condene a cuatro años de cárcel por un delito de homicidio imprudente.

Actuación "torpe"

De su lado, el abogado de la pareja ha interesado la libre absolución de la madre de la menor, aunque en el caso del padre ha admitido que se le condene a dos años de cárcel como autor de un delito de homicidio por imprudencia grave. En su declaración, Rubén C.O. admitió que actuó "torpemente" al ponerle a la menor un trozo de papel higiénico en la boca, pero quiso dejar claro que su objetivo era taponarle la sangre que tenía en la comisura de los labios. "No le puse el papel para que se callara", aseveró.

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