El Gobierno presenta la tercera valla de Melilla que impide las lesiones de los inmigrantes

La tercera valla o "sirga tridimensional" que ha comenzado a instalarse en el perímetro fronterizo de Melilla blinda el paso a territorio español con varios sistemas físicos y tecnológicos que además de retardar notablemente el tiempo que tarda un inmigrante en superar los obstáculos, impiden que se lesione.
El delegado del Gobierno en Melilla, José Fernández Chacón, recorrió el martes con los periodistas la primera zona en la que se ha instalado la sirga, que tendrá un coste de veinte millones de euros y cuya construcción decidió el Gobierno tras los intentos masivos de entrada de inmigrantes el pasado otoño.
La valla estará concluida en mayo (Foto: Efe)
La valla estará concluida en mayo (Foto: Efe)
Efe
La valla estará concluida en mayo (Foto: Efe)
Se trata de un sistema único en el mundo y por el que ya
se ha interesado Estados Unidos para su frontera con México; se extenderá a lo largo de diez kilómetros del perímetro fronterizo, desde Aguadú hasta los aledaños del dique sur, y su instalación física estará completada en junio, y en agosto todo el equipamiento tecnológico.

Como curiosidad, Chacón explicó que la trama de cable trenzado que compone la sirga tiene unos 1.200 kilómetros de longitud, por lo que extendido uniría Cádiz y Lérida.

César Sayen, responsable de la empresa instaladora, señaló que la idea principal era quitar los elementos lesivos de la valla, como la alambrada en espiral o concertina, extremadamente cortante, que se ha sustituido por unos flejes de acero que impiden apoyar escaleras y hacen que la parte de arriba de la valla sea totalmente inestable para poder subir.

La tercera valla de Melilla

Además, el sistema está inclinado diez grados hacia Marruecos para impedir que los inmigrantes trepen, "y si alguien consiguiera pasar la propia sirga hace como un sistema de escalera para que no se caigan abajo", indicó.

El entramado de cables, que se tensan automáticamente con el peso de las personas, impide que nadie pueda correr por los pasillos entre las dos primeras vallas y dificulta el apoyo de elementos para poder superar la tercera.

De esta forma se consigue "un retraso sustancial" para que a las Fuerzas de Seguridad del Estado les dé tiempo a acudir a la zona. A estas medidas físicas se unen

un dispositivo de alarma temprana que salta cuando alguien se apoya en la parte exterior de la valla, y
un sistema de agua a presión con pimienta "que no es lesivo pero dificulta un poco la visión a los inmigrantes".

Cuando se activa la alarma exterior también se encienden unos focos -cinco por cada 125 metros de perímetro- que crean confusión, ya que "cuando llegan de noche tienen las pupilas totalmente dilatadas".

Respecto a los sistemas tecnológicos, el director del proyecto, Francisco Vázquez, comentó que se instalarán radares sobre torres en todo el perímetro que permitirán a la Guardia Civil detectar posibles acercamientos hasta dos kilómetros de distancia hacia el interior de Marruecos.

"El sistema permite trabajar en cualquier condición atmosférica y lleva asociadas unas cámaras que automáticamente enfocan hacia el punto donde se ha detectado el movimiento y permiten identificar si se trata de un acercamiento de inmigrantes, además de discriminar entre personas, vehículos y animales", refirió.

Para el delegado del Gobierno, la sirga es una "obra emblemática" que manifiesta el "compromiso claro" del Ejecutivo con la seguridad e inviolabilidad del perímetro.

Chacón reiteró que el Ejército marroquí, al que felicitó por su labor, mantiene la vigilancia en la zona exterior de la frontera, e insistió en que "no hay por qué poner en duda" el compromiso del Gobierno de Marruecos con el de España.

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