El consejero de Educación de la Junta de Andalucía, Francisco Álvarez de la Chica, ha apostado este miércoles porque la labor de la Inspección Educativa de los centros de la comunidad se convierta en una "supervisión más democrática y más singularizada" que ayude a mejorar los resultados escolares de los alumnos.

Así lo ha expuesto durante la inauguración de las Jornadas de Formación de la Inspección Educativa de Andalucía que se celebran hasta el jueves en Sevilla bajo el título 'Supervisión de la competencia lectora' y a la que han asistido decenas de inspectores de la región para debatir y analizar sobre los retos de esta "sencillamente imprescindible" tarea, tal y como la ha denominado el consejero. Según Álvarez de la Chica, la inspección ha pasado de ser una "estructura con ciertos parámetros aterradores" a tener un papel "colaborador" con los centros en el que, no obstante, se debe "avanzar".

Sobre todo, ha dicho, porque el principio de autonomía vigente en los centros educativos andaluces no significa solo "más capacidad para tomar decisiones, sino también para asumir responsabilidades", algo para lo que también se necesita "más supervisión". "No es un trabajo cómodo, pero sí muy útil y que hará que se sientan más influyentes", ha asegurado a los inspectores presentes.

Respecto a la tradicional e histórica resistencia a esta supervisión por parte de los centros y del profesorado, el consejero ha considerado que se debe fundamentalmente a que la mayoría de los docentes que actualmente ejercen la profesión "se ha formado en un sistema educativo radicalmente opuesto al de hoy, lo que hace que seamos doblemente resistentes al cambio". Sin embargo, ha apostado por "combatir" este hecho y porque sean precisamente los inspectores educativos los que se encarguen de romper con esta visión, ya que son ellos los "más capacitados" para analizar por qué los alumnos de dos centros de idénticas características pueden obtener resultados diametralmente opuestos.

Lucha contra el fracaso escolar

En este sentido, Álvarez de la Chica ha reconocido que el fracaso escolar es una de sus mayores preocupaciones y ha animado a los presentes a tratar este asunto "tan serio y determinante" con la mayor naturalidad posible, ya que, sólo así, la sociedad también podrá conocer "la realidad de lo que pasa en los centros educativos" y podrá, por tanto, "reberlarse" contra este problema. "No me congratula que la tasa de fracaso escolar sea de un 27 por ciento, es inasumible, por eso le pido a la sociedad que también se rebele y que lo mismo que este país abordó profundamente el problema de las muertes por accidentes de tráfico y hoy es impensable que cada lunes escuchemos que ha habido 70 o 80 muertos en carretera durante el fin de semana, pues no puede ser que uno de cada tres estudiantes se quede en la cuneta", ha argumentado.

El fracaso escolar, según ha expuesto el consejero, alcanza "datos escalofriantes" en la Educación Secundaria Obligatoria (ESO), donde en el segundo curso casi el 22 por ciento de los alumnos ha repetido, mientas que en los seis cursos de Primaria (de 1º a 6º), la tasa media de alumnos que no promocionan de curso ronda el 18 por ciento. "¿Cómo buenos alumnos en Primaria dejan de serlo en Secundaria, qué es lo que pasa", se ha preguntado Álvarez de la Chica.

Ante ello, ha abogado por "engarzar mejor el tránsito" de una etapa educativa a otra y generalizar medidas de corte estructural como las de reducir el número de profesores distintos que pasan por un aula para impartir las diferentes materias. El hecho de que en un curso de 1º de ESO vayan cuatro profesores y no ocho, por ejemplo, está "dando buenos resultados" en los centros andaluces que han puesto en marcha esta medida, por lo que el consejero ha insistido en la necesidad de "expandir" las mejores prácticas educativas al resto de institutos de la comunidad.

Sin embargo, Álvarez de la Chica ha reconocido que uno de los principales problemas a los que se enfrenta el sistema educativo andaluz y español es el de mejorar el sistema de selección y formación inicial del profesorado que, a su juicio, es "manifiestamente mejorable". Ante todo, ha advertido, "porque no se puede permitir que se esté formando a diez veces más profesores del número que el sistema educativo va a necesitar" y porque es "inconcebible" que en torno a tres cuartas partes del profesorado de Secundaria —sobre todo del área científica— "no se hubiera planteado, ni siquiera en el último año de carrera, ejercer esta profesión".