La Generalitat de Catalunya ha acordado este martes suprimir el Impuesto de Sucesiones (el que afecta a las herencias) para los familiares próximos, medida que llega al cumplirse los 100 primeros días del Govern de Artur Mas.
La medida, avanzada por el secretari del Govern, Germà Gordó, supondrá una merma de recaudación de 130 millones de euros, aunque seguirá recaudando 120 millones porque se mantiene el tributo en las transmisiones a partir del tercer grado de consanguinidad.
Con esta medida, Mas cumple con su promesa estrella de la campaña electoral de dejar esta figura impositiva a la mínima expresión y acabar con la "discriminación" en relación a otras autonomías.
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