El Archivo General Insular del Cabildo de La Palma ha ingresado dos colecciones fotográficas, que una vez examinadas y clasificadas, han pasado a enriquecer el patrimonio público de la Isla como dos conjuntos independientes, según ha informado la Corporación, y que se datan en la primera mitad del siglo XX principalmente.

La presidenta insular, Guadalupe González Taño, señala en un comunicado que el primero de los fondos procede de la cesión de cerca de un centenar de instantáneas realizadas por el técnico José Ventura García López, que fue el tercer fotógrafo que ejerció su labor profesional en Garafía durante la década de 1950, tras Jorge López Mesa y Antonio Candelario Rocha.

Las fotografías donadas recogen instantáneas de momentos de fiestas y encuentros sociales desarrollados en numerosos barrios del norte de La Palma.

El segundo de los conjuntos ingresados procede de la donación del profesor de dibujo Antonio Cabrera Pérez, quien ha entregado al Cabildo de La Palma un total 200 fotografías datadas entre 1910 y la década de 1960.

González Taño indica que la importancia de esta colección viene dada porque registra algunas de las actividades desplegadas por Celestino Cabrera Perera (1902-1997), padre del donante y uno de los dinamizadores de la vida lúdica de Santa Cruz La Palma, en especial en el mantenimiento del Desfile de La Pandorga o de la Danza de Mascarones de la Bajada de la Virgen.

Además, entre las piezas cedidas se encuentran numerosas imágenes procedentes de los estudios de algunos de los pioneros de la fotografía en La Palma, como fueron José Ana González Rodríguez (1878-1951), Manuel Cabrera Castro (1879-1926), Manuel S. Rodríguez Rosa (1881-1931) y Otilio Rodríguez Quintero (1904-1993).

Por último, González Taño destaca el gesto altruista de quienes han decidido donar a la Institución insular parte de su patrimonio, e indica que sería deseable que esta actitud tan generosa fuese seguida por muchas otras personas que atesoran en sus casas numerosos vestigios de la historia y prehistoria de La Palma, cuyo lugar de conservación adecuado no es otro que los recintos preparados al afecto.