Unos 11.000 escolares fueron a charlas de "Educar para la Convivencia" de la Fundación de Víctimas en 9 provincias

Maite Pagazaurtundúa, Pedro Mari Baglietto y Cristina Cuesta han visitado cerca de 70 colegios de nueve provincias

La Fundación Víctimas del Terrorismo ha organizado durante el Curso Escolar 2010-2011 cerca de setenta conferencias de su proyecto "Educar para la Convivencia" en Centros de Enseñanza de Guadalajara, Segovia, Ávila, Toledo, Madrid, Sevilla, Cantabria y Albacete, al que han asistido en torno a 11.000 escolares, según informa el último número de la revista de esta fundación recogido por Europa Press.

Se trata de un proyecto, hasta ahora pionero y el mas arraigado en España, ideado para lograr concienciar a los más jóvenes de que la violencia no es el camino a seguir en un país democrático. Maite Pagazaurtundúa, presidenta de la Fundación, junto con Pedro Mari Baglietto, coordinador del proyecto, y Cristina Cuesta, vicepresidenta de la Fundación, se han encargado de trasladar a los jóvenes escolares los valores de la tolerancia y de la no violencia.

"En nombre de los ideales más justos se han cometido las mayores atrocidades" comenta Maite Pagazaurtundúa en sus charlas. "Los fanáticos -les dice a los alumnos- piensan que asesinan por amor, por justicia o por salvar a su pueblo. No hay atisbo de responsabilidad o culpa por las vidas que quedan en el camino. El terrorismo utiliza la violencia y deshumaniza a sus víctimas. Y, sin embargo, no es difícil sucumbir al "gen del mal" que todos los seres humanos llevan dentro".

Por ese motivo, la presidenta de la Fundación les dice que "nunca hay que actuar por venganza, que te mata por dentro y te convierte en un ser monstruoso".

Cristina Cuesta les relata su historia personal y la hace girar en torno a la evolución de la conciencia ciudadana frente al terrorismo, que pasa por distintas fases, desde los oscuros años ochenta hasta la enorme solidaridad alcanzada tras el asesinato de Miguel Ángel Blanco. Cristina les explica a los alumnos el verdadero sentido de las palabras Memoria, Dignidad y Justicia y acaba recordando las historias personales de las víctimas asesinadas el día de la charla, relatadas con nombre y apellidos en el libro 'Vidas Rotas' (Espasa).

Pedro Mari Baglietto les cuenta cómo aquel niño al que su hermano Ramón salvó de ser atropellado por un camión, años más tarde acabaría con su vida en nombre de ETA. Centra su intervención en el contenido de su libro 'Un grito de paz', en el que narra el último día de vida de Ramón, "un vasco -dice- asesinado por otros vascos".

En un momento de su intervención, Pedro María les argumenta a los alumnos que si algún día se encontrara con el asesino de su hermano le diría que lo que les diferencia a ambos es que él no le mataría.

Las charlas tienen una duración de una hora aproximadamente y se celebran en grandes aulas o en los salones de actos de los Centros Escolares. A ellas asisten también profesores y la dirección del colegio. Y cuando finalizan las intervenciones de Maite o Cristina o Pedro Mari se abre un turno de preguntas para los asistentes. A veces, las preguntas son tan oportunas que permiten la reapertura de nuevos debates en torno a la violencia.

Reflexiones de los alumnos

La revista incluye además algunas reflexiones de los alumnos después de asistir a estas charlas. "Me transmitió sentimientos, dolor, angustia, tragedia, pena, pero también, paz y perdón", dijo Carlos S.P. de 15 años. "Sólo se expresó con palabras y supo mantener a 60 adolescentes durante dos horas en vilo y eso no es tarea fácil", comentó Antonio G., otro alumno de la misma edad.

Por su parte, Laura H., de 16 años afirmó que "solo viviéndolo de primera mano uno se da cuenta de lo que la gente sufre. Realmente aprecio el gran esfuerzo realizado por llegar a perdonar". "En ciertos momentos hay que pararse a pensar en las cosas antes de tomar una decisión o una postura", concluyó Luis P, de 15 años.

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