La siniestralidad viaria se ha reducido en un 27,2 por ciento el pasado marzo en Galicia con respecto al mismo periodo de 2010, al registrarse ocho fallecidos en siete accidentes de tráfico, frente a las 11 víctimas en 11 siniestros ocurridos en el mismo mes del año pasado.

Según los datos correspondientes al mes de marzo facilitados por la Dirección General de Tráfico (DGT), recogidos por Europa Press, la mitad de las víctimas (4) se registraron en tres accidente en la provincia de Pontevedra; dos en dos siniestros en Ourense; y otras dos en dos accidentes en A Coruña, mientras que en la de Lugo no hubo fallecidos.

Por provincias, la de A Coruña fue la que tuvo el mayor descenso en cuanto a personas fallecidas en accidentes, al bajar de las cuatro contabilizadas en marzo de 2010 a dos el mes pasado, lo que supone un 50 por ciento menos. Por contra, Lugo se mantiene como el año pasado sin muertos en sus carreteras en ese periodo.

Además, en la provincia de Pontevedra la siniestralidad se redujo en un 42,86 por ciento al pasarse de siete víctimas mortales el año pasado a cuatro en marzo de 2011; mientras que en Ourense aumentó en un 200 por ciento al haber dos fallecidos y ninguno en ese mes del ejercicio anterior. TRIMESTRE

En cuanto a las edades de las víctimas, tres eran menores de 25 años; otras tres tenían entre 46 y 65 años; otra entre 25 y 35; y otra superaba los 65 años.

En el primer trimestre del año han perdido la vida en las carreteras gallegas un total de 34 personas; una más que en el mismo periodo de 2010, lo que supone un aumento del tres por ciento; 11 de ellas en la provincia de Pontevedra, diez en la de A Coruña, siete en Ourense, y seis en Lugo.

De este modo, la provincia de A Coruña registró el mayor descenso, con un 23 por ciento de víctimas, al bajar de 13 a 10 fallecidos en accidentes de tráfico; seguida de Pontevedra, con una reducción del 8,3 por ciento —de 12 a 11 muertos—.

Mientras, en la provincia de Ourense subió la siniestralidad en el primer trimestre del año un 40 por ciento, al pasar de cinco a siete fallecidos; y en Lugo se duplicó, al aumentar de tres a seis los muertos en la red viaria.