La Audiencia condena a un hombre a 16 años de cárcel por apuñalar a otro que evitó una agresión a su pareja

La sección primera de la Audiencia Provincial de Valencia ha condenado a un hombre, de nacionalidad china, a cumplir una pena de 16 años y nueve meses de prisión por apuñalar a otro que se interpuso para evitar la agresión a la pareja del primero, con quien se encontraba en trámites de separación. El procesado aseguró durante el juicio que ese día "no sabía lo que hacía" porque estaba "muy borracho" --circunstancia que no ha estimado probada el tribunal--.

La sección primera de la Audiencia Provincial de Valencia ha condenado a un hombre, de nacionalidad china, a cumplir una pena de 16 años y nueve meses de prisión por apuñalar a otro que se interpuso para evitar la agresión a la pareja del primero, con quien se encontraba en trámites de separación. El procesado aseguró durante el juicio que ese día "no sabía lo que hacía" porque estaba "muy borracho" —circunstancia que no ha estimado probada el tribunal—.

El ministerio fiscal pedía para este hombre, de 31 años, una pena de 34 años y nueve meses de prisión por dos delitos de lesiones, uno de amenazas continuadas, otro de quebrantamiento de medida cautelar continuado, uno más de maltrato habitual y dos de asesinato en grado de tentativa.

Sin embargo, la Audiencia le condena a cumplir 16 años y nueve meses de prisión por tres delitos de malos tratos —uno de ellos continuado—, un delito continuado de quebrantamiento de medida cautelar, y dos delitos de homicidio intentado —uno de ellos con la agravante de parentesco, y otro con la de abuso de superioridad—.

El tribunal estima probados los hechos ya que el procesado los reconoció "explícitamente" pero rebaja la pena al excluir de las imputaciones acusatorias aquellos sucesos menores que negó y que aunque la mujer los mantuvo como ciertos, "su falta de concreción espacio-temporal y de situación circunstancial sembró ciertas dudas a la hora de considerarlos verdaderos hechos punibles o simples manifestaciones de la mala relación personal".

Además, contempla que el asesinato —delito por el que le acusaba el fiscal— no encaja en la actuación del procesado por varios motivos: porque la decisión de agredir al hombre fue una decisión tomada en el momento y por interponerse en su camino; y porque no aprecia alevosía al haberse producido, de hecho, "cierto grado de defensa" por parte de la víctima, que repelió parte de las agresiones. Por último, la sala no aprecia la atenuante de embriaguez debido a la falta de pruebas.

El incidente tuvo lugar en febrero de 2010 en un bar del barrio valenciano de Beniferri. El procesado se encontraba en el momento de los hechos en trámites de separación de su mujer, con la que cesó la convivencia en julio de 2009.

El cese se produjo después de varias discusiones y agresiones. La primera tuvo lugar el 23 de julio, cuando en un domicilio en el que tenían alquilada una habitación mantuvieron una pelea motivada por los celos de él, que finalizó con una agresión, ya que él le cogió del cuello, le golpeó y le mordió en el pecho.

Dado que la convivencia se había deteriorado enormemente a raíz de lo sucedido, y de que la mujer presentó una denuncia de separación, el día 20 de agosto el hombre se personó en el bar en el que trabajaba ella y le pidió explicaciones por la separación. Luego intentó sacarla por la fuerza del establecimiento y le dio varios empujones hasta que intervino el dueño para evitar que le hiciera más daño.

Un día después, el hombre recibió la orden judicial de alejamiento de su esposa y, a pesar de ello, continuó llamándole por teléfono y pidiéndole que volviera con él. En una ocasión le envió un mensaje que ponía: "el matrimonio va a ser mi tumba, yo de verdad por ti daría todo".

Un cuchillo en la chaqueta

Finalmente, el día 2 de febrero de 2010, se presentó al mismo bar con un cuchillo oculto en la chaqueta. Nada más entrar, la mujer, que se encontraba detrás de la barra reponiendo bebidas, al ver la cara de su pareja supo que iba a ir a por ella, por lo que salió corriendo del local por una puerta que estaba al final de la barra con acceso a la calle y se refugió en un casal fallero contiguo.

No obstante, el hombre se introdujo en la barra para seguirla y, en ese momento, intentó frenarle el dueño del establecimiento, al que le comenzó a apuñalar en la zona abdominal, torácica, brazo, costado y estómago, hasta que éste quedó tendido en el suelo.

Seguidamente, y con el fin de acabar con la vida de su esposa, salió del bar con el cuchillo en la mano y se dirigió al casal. No obstante, no pudo entrar porque los falleros cerraron la puerta a empujones. El procesado se dio a la fuga y fue detenido posteriormente por los agentes, que le incautaron el cuchillo que había utilizado.

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