Caja Rural Burgos obtuvo en 2010 un beneficio de 5 millones de euros, lo que supone una disminución del 7,6 por ciento, respecto a lo obtenido en el ejercicio anterior, debido al "estrechamiento de los márgenes" y la crisis económica, según apuntó hoy el director general de la Entidad, Ramón Sobremonte.

"Nos hemos enfrentado al desafío y lo hemos resuelto de manera satisfactoria", ha aseverado Sobremonte, antes de explicar que los beneficios obtenidos el pasado año "son los cuartos mejores resultados de la Caja Rural Burgos".

En este sentido, ha señalado que la Entidad presentó en 2010 una "mejora" en sus magnitudes de negocio, siguiendo el patrón de crecimiento sostenible marcado, incluso en el escenario de la "gran recesión".

En cuanto al balance, explicó que se cerró el ejercicio anual con 1.122.000.000 de euros, lo que supone un aumento cercano al 4,6 por ciento frente a 2009, y su volumen de negocio superó los 2.300.000.000 de euros, con un incremento del 4,1 por ciento.

Asimismo, se aumentó la inversión crediticia en un cuatro por ciento y se logró un "muy buen comportamiento" del pasivo, que se incrementó en un siete por ciento, gracias a captación de recursos de los clientes, frente al crecimiento del 0,4 por ciento que se experimentó en el conjunto del sistema financiero.

A pesar de esa tendencia a nivel nacional, Caja Rural Burgos mejoró su situación de solvencia, en lo que se refiere a riesgos crediticios, aumentando en un 32 por ciento las dotaciones para insolvencias y cerró el ejercicio con una tasa de morosidad del 2,89 por ciento, lo que supone "casi la mitad" de la media nacional.

Respecto a la posición excedentaria de liquidez, se aumentó el ratio de liquidez hasta el 8,74 por ciento, desde el 8,08 por ciento registrado en el ejercicio anterior.

Además, la Entidad incrementó su plantilla hasta los 201 trabajadores, repartidos en 74 oficinas en Burgos, Palencia y La Rioja, y destinó más de 1.000.000 de euros a proyectos de mejora y colaboración con la sociedad.