Acusado de asesinar al marido de su amante dice que ésta le "machacó" para conseguirlo y contratar a sicario

Vuelve a reconocer que fue autor confeso del crimen, pero inculpa a su amante, que lo utilizó y lo engañó con otros hombres
Sesión del juicio del acusado de matar al marido de su amante
Sesión del juicio del acusado de matar al marido de su amante
EUROPA PRESS
Sesión del juicio del acusado de matar al marido de su amante

El hombre acusado de asesinar con un cuchillo de 30 cm de hoja al marido de su amante, para el que la fiscal y una de las acusaciones particulares piden una condena de 20 años de prisión, ha reconocido este lunes, en la primera sesión de la vista oral que se celebra en la Audiencia Provincial de Murcia ante un jurado popular, que María Cruz le encargó que contratara un sicario para "acabar con la vida de su marido"; una conversación que se prolongó durante todo un año, quedando claro al acusado que "había que matarlo, porque durante meses me machacó con eso y en ningún momento intentó frenarme".

De forma subliminal, Manuel S. ha asegurado que la también procesada le llegó a decir que "o se terminaba con la vida de su marido o la relación extramatrimonial que mantenían se acababa", hasta el punto de que en una carta, que el acusado rompió, ella le pidió que la exculpara y él fuera el autor confeso del crimen.

A los meses de conocerse los dos acusados en 2006, por Navidad ambos hablaron de contratar a un sicario para acabar con la vida de la víctima, ya que ella le manifestó a Manuel que "la situación era insostenible y ya no podía seguir viviendo con él".

Incluso, un mes antes del crimen los supuestos malos tratos, violaciones y agresiones que ella sufría a manos de su marido y que relató a su amante hicieron que ante los ojos de Manuel, Mari Cruz se mostrara "más tensa y nerviosa y cada dos o tres meses me repetía lo de matarlo cada vez que había algún episodio, echando más leña al fuego".

Cuando decidieron encargar un sicario, algo de lo que se ocupó Manuel, éste pidió un préstamo personal al banco de 6.000 euros, a los que hay que sumar la cantidad de otros 3.000 que depositó María Cruz pertenecientes a su marido y que éste tenía escondido en el domicilio conyugal para pagar a un carpintero.

Esos 3.000 euros fueron los que se dieron de señal al presunto sicario, que el acusado encontró "en el mundo de la noche, de la droga", para que acabara con la vida de la víctima, junto con una foto de ésta que le proporcionó a Manuel el padre de María Cruz, con la mala fortuna de que huyó con el dinero.

"se me cruzaron los cables"

La relación "tormentosa" que María Cruz mantenía con su marido llegó a su punto máximo el día del crimen, el 24 de marzo de 2007, cuando ésta llamó a Manuel contándole que su marido había perdido los nervios, instándole, en ese momento, a que "había que terminar con la relación", ha relatado a preguntas del Ministerio Fiscal.

Los nervios de Manuel aumentaron hasta el máximo de que se le "cruzaron los cables" cuando, según ha expuesto ante el magistrado que preside el tribunal, Juan del Olmo, oyó por teléfono "a las niñas llorar y ella estaba muy nerviosa, por lo que entendía que había que acabar con la vida de la víctima". "Le estaba haciendo daño a María Cruz y a sus hijas y compré un cuchillo de cocina y fui a Murcia", ha recordado Manuel.

Cuando Manuel vino de camino desde Mazarrón, lugar donde residía junto a sus padres, la acusada le mantuvo informado en todo momento de dónde se encontraba la víctima, que ese día había tenido que hacer un trabajo extraordinario en la funeraria, a través de mensajes que se enviaron gracias a dos líneas de teléfono móvil que el procesado había contratado de uso exclusivo para ellos.

Para ello, según el Fiscal, la procesada procuró en todo momento "interesarse" del paradero de su marido, que una vez que llegó a las cocheras de la funeraria Manuel le esperaba para matarlo.

Tras estar esperando aproximadamente una hora a que llegara la víctima, Manuel, vestido con una gorra y unas gafas porque, según él, "hacía calor" y en ningún caso era para disfrazarse y ocultar su rostro, "en estado de nervios y no pensando otra cosa" más que matarlo dejó caer el cuchillo que portaba y le asestó "una sola puñalada".

Tras salir huyendo del lugar, se marchó a una playa remota de Mazarrón donde lanzó el arma homicida al mar y en un contenedor tiró el suéter que llevaba manchado de sangre para, posteriormente, acudir a su casa para ducharse porque se sentía "sucio y ya fui consciente de la gravedad" de lo sucedido.

"ella me engañó con otros y me utilizó"

No fue hasta 14 días después cuando volvieron a hablar los dos acusados. Como prueba de ello, se ha aportado el audio de la conversación telefónica que mantuvieron, cuando él le dice cómo se encuentra y si va a verla, accediendo ésta y advirtiéndole, al mismo tiempo, que pareciera como si ella no supiera nada y fuera una sorpresa; todo ello, ha explicado Manuel, para "disimular frente a la familia de María Cruz", puesto que era el plan que había ideado.

Así, la relación se recuperó y quedaban con normalidad, negando Manuel que la acosara ni tuviera celos de ella. "No pensé que tuviera otra relación", ha subrayado Manuel, quien ha reconocido que se dejó inducir por ella porque "era un enamoradizo".

Durante el juicio, Manuel, que ha contado a los miembros del jurado popular que María Cruz le manifestó que su marido "intentó prender fuego al sofá donde ella se encontraba medio dormida", así como los sucesivos episodios de malos tratos que la fiscal desmontará, ha asegurado también que el fallecido le amenazó de muerte si volvía a acercarse a su familia.

Cuando fue detenido, negó los hechos tal y como previamente había pactado con María Cruz en un primer momento, aunque fue en una segunda declaración ante la Policía cuando la inculpó de ser cooperadora. Eso no significa que la incriminara, porque "hice lo que mis padres me aconsejaron, decir la verdad, por lo que fui el autor material y me dejé inducir por ella".

Cuando coincidieron en prisión, en la breve conversación que mantuvieron ha declarado que María Cruz le llamó y fue cuando le confesó que había estado engañándolo con otros hombres, escribiéndole también una carta en la que le contó que "me había utilizado y engañado".

Partes implicadas

El juicio arrancó este lunes, en jornada matutina, con la exposición de cada una de las partes implicadas en los que concierne a las cuestiones previas y planteamientos que desarrollarán a lo largo de las tres semanas que previsiblemente puede durar.

Momentos antes de comenzar la vista oral se han vivido en el Palacio de Justicia momentos de tensión cuando los familiares del fallecido, entre ellos su hermana, han increpado a la acusada al grito de "asesina, quiero verte la cara".

Igualmente, la jornada vespertina ha comenzado con media hora de retraso porque, según ha justificado José Pardo Geijó, el abogado de María Cruz, familiares de la víctima han agredido, esta vez, y amenazado a su defendida.

Las versiones que se han podido observar en el juicio son cuatro, ya que mientras que la fiscal y una de las acusaciones particulares, en nombre del padre del fallecido y de una hija de éste de una relación anterior, piden 20 años de prisión para cada uno al considerarlos autor material a Manuel y cooperadora necesaria y autora por inducción a María Cruz, la segunda acusación particular, de los tres hijos de la víctima, solicita 18 años de cárcel con la agravante de disfraz y a ella no la inculpa.

Las defensas del acusado piden la catalogación del delito de homicidio y 10 años de prisión con la atenuante de arrebato u obcecación, reconocimiento de los hechos y colaboración con la justicia; mientras que la de la procesada solicita su absolución, considerando que se ha actuado en el procedimiento de forma "zafia y grosera" y acusando a la Policía de actuar "imprudentemente".

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