Un total de cinco creadores franceses han iniciado sus residencias artísticas en municipios aragoneses dentro del programa Hito, Turismo Creativo en los Pirineos, promovido por el Departamento de Educación, Cultura y Deporte del Gobierno aragonés y en los Departamentos franceses de Aquitania y Midi-Pyrénées, con el objetivo de propiciar el intercambio y la movilidad de los artistas.

Este sábado se inaugura en Riglos la obra creada por el escultor y fotógrafo francés Olivier de Sépibus, 'Mi corazón', que se quedará en la zona y formará parte de un recorrido artístico transpirenaico.

Olivier de Sépibus, que disfruta desde febrero de su residencia artística en Riglos, ha indicado que está "subyugado por la presencia de los acantilados verticales que dominan Riglos" y "excitado por un lugar en el que la cultura del paisaje es convocada sin cesar".

La instalación 'Mi corazón' está creada "en diálogo con este entorno" y "realizada con enebros muertos y con la tierra, que parece gritar que debemos reinventar el mundo con lo que está bajo nuestros pies".

Los otros cuatro artistas, Emmanuelle Ducrocq, Marguerite Bobey, Agathe Pitié y Pierre Clément, se han instalado en los municipios oscenses de Broto y Hecho, y en los zaragozanos de Trasmoz y Fuendetodos, en los que residirán durante dos meses para crear sus obras en diálogo con el entorno.

Estas instalaciones servirán de punto de partida para la creación de recorridos artísticos transpirenaicos y se convertirán en las etapas de dicho circuito. El objetivo es generar un sello cultural que vincule a estas zonas.

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Mi corazón'

La residencia artística de Olivier de Sépibus concluye este sábado, 26 de maroz, con la entrega de una de sus obras, 'Mi corazón' al municipio de Riglos. Esta instalación está hecho con enebros muertos y tierra y para el autor supone la "inmediatez de esos materiales geniales que nos rodean, los que son gratuitos, están disponibles y hay en abundancia".

"Debemos reinventar el mundo con lo que está bajo nuestros pies", ha subrayado Sépibus, que ha utilizado como material de base los enebros que murieron en un incendio hace diez años. "Su aspecto orgánico me dio envidia y me sugirió crear un cubo orgánico recubierto con la tierra coloreada de aquí que es roja y anaranjada", ha explicado.