Durante toda su vida Masha Ivashintsova (1942-2000) se dedicó a tomar fotografías, pero nunca las hizo públicas. Siempre permanecieron ocultas hasta que un buen día las encontró su hija en el desván.
Masha IvashintsovaSu hija Asya descubrió numerosas instantáneas que mostraban el talento de su madre. En total había más de 30.000 negativos, que correspondían fundamentalmente a las años que comprenden entre 1960 y 1980.
Masha IvashintsovaMasha era una gran retratista, tal y como se observa en este instantánea, y además era capaz de capturar con su cámara la esencia de la vida cotidiana de la Unión Soviética, Sus fotos ofrecen una vista privilegiada del pasado más reciente, cuando el mundo era muy diferente a lo que conocemos hoy en día.
Masha IvashintsovaMasha se involucró mucho en los movimientos poético y teatral que se produjeron en Rusia durante la Guerra Fría. Adoraba la fotografía, pero no solía hablar de ello con casi nadie.
Masha IvashintsovaIncluso su familia permanecía ajena a su gran talento para la fotografía. La veían siempre con la cámara, pero no podían imaginar que tenía una colección tan buena y poderosa.
Masha IvashintsovaLos enfoques son perfectos y su capacidad para mostrar la realidad está fuera de toda duda. La calidad de las instantáneas ha sorprendido a mucha gente que no se explica cómo tanto talento pudo estar escondido tanto tiempo.
Masha IvashintsovaTodos los negativos permanecerían aún ocultos en el desván si no llega a ser porque Asya se puso a ordenar algunas cosas. Allí se encontró con este maravilloso testimonio gráfico de la época comunista.
Masha IvashintsovaEsos más de 30.000 negativos estuvieron durante muchos años acumulando polvo hasta que llegó el rescate de Asya. Curiosamente, Masha prácticamente no reveló ninguno, por lo que no pudo ver impresas las instantáneas que había tomado.
Masha IvashintsovaLa fotógrafa falleció en el año 2000 y no mencionó a nadie lo que guardaba en el desván. Se quedaron en esa casa de San Petersburgo cerca de dos décadas hasta que finalmente la hija las encontró.
Masha IvashintsovaProbablemente Masha nunca pensó que sus fotografías serían contempladas y valoradas en el mundo entero, pero eso es lo que ha sucedido. Las instantáneas han cruzado fronteras y alemanes, estadounidenses o japoneses han conocido su historia.
Masha IvashintsovaLa talentosa mujer fue recluida en un centro psiquiátrico durante el régimen comunista y fue obligada a tomar drogas y medicamentos que cambiaron para siempre su forma de ver la vida. Quizá por eso nunca quiso mostrar su arte.
Masha IvashintsovaEl régimen comunista tenía como objetivo potenciar el sistema colectivo, dejando de lado el individual, por lo que la presencia en el psiquiátrico de Masha le dejó profundas secuelas que se pueden observar en sus fotografías. Tienen un aire melancólico.
Masha IvashintsovaLa principal causa de su encierro fue que nunca manifestó ningún tipo de entusiasmo por el sistema. Tal y como dice su hija "siempre tuvo una relación difícil con el comunismo" que provocó la repulsa por parte del régimen.
Masha Ivashintsova