La moda apuesta cada vez más por una industria sostenible y comprometida tanto con el medioambiente como contra la crueldad animal. Stella McCartney fue una de las primeras firmas en no utilizar pieles ni pelo en ninguna de sus creaciones desde que fue fundada en el 2001 y muchas marcas siguieron su ejemplo.
Después de ser condecorada por el rey Carlos III como comandante de la Orden del Imperio Británico por su servicio a la moda y su preocupación por la sostenibilidad en la industria, ayer la diseñadora inglesa presentaba su colección otoño-invierno 23/24 en el marco de la semana de la moda de París, donde volvía a hacer hincapié en la idea de prendas más ecológicas, "elaboradas en un 89% con materiales responsables, siendo la colección de invierno de la firma más comprometida hasta la fecha".
"Los caballos son espejos, te conectan con la tierra; los caballos no juzgan, se llevan a todos simplemente por la energía que aportan; conectar con los caballos nos ayuda a reconectarnos con nosotros mismos, evita que nos perdamos", dice Mary McCartney, hermana de la diseñadora, en una publicación que presenta esta nueva colección. Precisamente, es en estos animales en los que el desfile ha puesto el foco, celebrándose en la Escuela Militar de París, reconvertida en un hipódromo.
McCartney es vegana, pero también es alguien que cree en las relaciones armoniosas entre humanos y animales. Su madre, Linda, crió caballos Appaloosa y la diseñadora sigue montando hasta el día de hoy. "Tengo una granja en el campo y todavía hacen cacerías al lado. Quiero que la gente se dé cuenta de que eso sigue ocurriendo. Sí, pueden que los perros ya no los despedacen, pero siguen disparando al zorro. Es una locura para mí", dijo en una entrevista. Su colección fue un ejercicio de reivindicación y reapropiación de los códigos del guardarropa ecuestre británico asociados con la caza, los caballos de guerra de la Primera Guerra Mundial y todo aquello en lo que Stella no cree.
Este tipo de uniformes forman una parte muy importante de la colección y es que, pese a lo que significan, la diseñadora admira el trabajo y la precisión que requiere hacerlo. Sin embargo, McCartney los reinterpretó al estilo de la generación Z con diminutas chaquetas de húsar, pequeños chalecos recortados, trajes vaqueros deconstruidos de otra cultura ecuestre y pantalones de tiro bajo adornados con cadenas drapeadas de la cadera de la era Chloé de Stella.
Sus recuerdos continuaron en vestidos y prendas de punto que revivieron el estampado de caballos de su colección primavera/verano 2001 para Chloé, aunque en una evocación borrosa. La continua renovación de los archivos de McCartney no solo responde a las demandas de las nuevas generaciones, también evoca la nostalgia de los antiguos seguidores de la diseñadora.
Los blazers y abrigos de gran tamaño de la temporada pasada estuvieron presentes en el desfile, como en muchas otras pasarelas este mes, pero adornados con cuadros de mantas de caballo y o chaquetas de caza ajustadas a la cintura. Como guiño a su historia familiar, McCartney estampó la fotografía de los caballos de su madre en los vestidos de noche e instantáneas de caballos capturadas por su hermana Mary en camisetas.
Como ya avanzamos antes, los materiales son casi en su totalidad ecológicos y reforzó esta filosofía en tres nuevos bolsos creados a partir de alternativas de última generación al cuero animal: uno de Mirum, hecho de material vegetal y libre de plástico; otro de efecto piel de cocodrilo fabricado con residuos de manzana y el primer bolso hecho a partir del hongo mylo.
Esta colección responde a las últimas tendencias que estamos viendo en las colecciones de muchos diseñadores. "Hay mucho cuero, plumas y pieles en la pasarela, especialmente en invierno. Solo quería demostrar que puedes hacerlo de una manera diferente. No tienes que matar nada", dijo Stella McCartney después del espectáculo.
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