Anitta Ruiz Consultora de moda | #LAROPAHABLA
OPINIÓN

Aparta, María Pombo, el cine es el verdadero 'influencer' de moda

Margot Robbie en 'Barbie'
Margot Robbie en 'Barbie'
WARNER BROS
Margot Robbie en 'Barbie'

Nunca es demasiado rosa. Es una de mis frases favoritas (y que repetimos mucho entre mis amigas). Creo que si lleváis por aquí un tiempo ya os habréis dado cuenta. Así que ahora puedo gritar ¡aleluya!, las que tenemos 'pasión pink' estamos de enhorabuena. Valentino ha hecho que las tiendas del mundo se llenen de todas las tonalidades posibles de uno de los colores más controvertidos de la historia. 

El año pasado lanzó una colección en la que presentaba su propia gama, registrada por Pantone, y después de conquistar a todas las 'celebrities' del mundo con sus 'total looks', la tendencia ha llegado a la calle. Aunque el éxito total del rosa va a terminar de explotar este verano gracias a una película. Sí, estoy hablando de Barbie.

La llegada en julio a la gran pantalla de la muñeca más famosa del mundo promete muchas excentricidades estéticas pero sobre todo rosa por doquier. El 'barbicore', como se ha denominado a esta forma de vestir, ha llegado para quedarse (por lo menos algunos meses). Es inevitable, el cine y las series se han convertido en el mejor escaparate de tendencias del mundo. Una buena peli (o mejor dicho, un buen vestuario en una peli) puede poner de moda un color, un estilo o un peinado. Y si no que se lo digan a los peluqueros de los 90 que se hartaron de copiar 'El Rachel', el corte de pelo de Jennifer Aniston en Friends. Probablemente, esta serie fue la primera revolución estética de la televisión.

No tardó en llegar la cumbre de la influencia catódica en la moda. El nacimiento de Carrie Bradshaw y sus amigas de Sexo en Nueva York supuso un revulsivo increíble para cientos de marcas, desde Custo Barcelona hasta Fendi, sin olvidarnos de sus inseparables Manolos (Blahnik). No hay mujer a principios de los 2000 que no haya intentado copiar el estilo de la columnista, Charlotte, Miranda o Samantha. Todo en una serie que cambió los guiones subversivos por los modelitos imposibles e hizo más famosa a su estilista que a su director.

Sarah Jessica Parker como Carrie Bradshaw
Sarah Jessica Parker como Carrie Bradshaw
HBO

Gossip Girl tomó el relevo (¿tú eras pija como Blair o boho chic como Serena?). Y qué decir de Emily en París, que ha hecho pensar a veinteañeras de medio mundo que es posible ir con tacones de 10 centímetros por la ciudad del Sena sin abrirte la crisma. Por no hablar de Los Bridgerton, que volvieron a poner de moda los corsés y los lánguidos vestidos de corte imperio. O Euphoria y sus maquillajes imposibles replicados con mejor o peor suerte en miles de looks festivaleros.

Este no es un fenómeno del siglo XXI, aunque ahora hayan ganado peso las series frente a los largometrajes. El vestido negro de Givenchy que Audrey Hepburn lucía en la apertura de Desayuno con diamantes fue replicado hasta la saciedad por modistas a lo largo y ancho del globo. Fama puso de moda la tendencia 'sporty' y con Flash Dance los rizos y las sudaderas de "hombrito caído" se convirtieron en lo más. Mientras, Armas de mujer hizo que el estilo de las primeras ocupantes de Wall Street conquistara las oficinas de lugares mucho menos glamurosos. Así podría seguir durante varias líneas más, pero sólo os voy a dar un consejo: si tenéis tiempo, haceos un favor y poneos Una cara con Ángel otro de los éxitos protagonizados por Hepburn, que puso de moda el estilo beatnik. Esta deliciosa película, que relata la vida de una revista de moda y una inesperada modelo, comienza con la directora editorial (un trasunto de Diana Vreeland) interpretando una inolvidable cantinela que exalta, cómo no, el color rosa. Think Pink es, sin duda, mi escena favorita del cine de todos los tiempos.

Audrey Hepburn en una publicidad para promocionar 'Desayuno con diamantes'
Audrey Hepburn en una publicidad para promocionar 'Desayuno con diamantes'
Getty Images

Pero he de confesaros una cosita, estas últimas semanas he dudado de mi melena rosa y mi nuevo guardarropa reducido a este color junto al blanco y negro. ¿Los culpables? Los protagonistas de mi última serie favorita: Daisy Jones and The Six. El hitazo de Amazon Prime relata, a modo de falso documental, el ascenso y caída de una banda de rock en los años 70. Protagonizada por Riley Keough (nieta de Elvis, por cierto) y un ES-PEC-TA-CU-LAR Sam Caflin, el vestuario es, sin duda, un protagonista más. La ondulada y pelirroja melena de Daisy, los maxi vestidos y gafas de sol de Camila, los pantalones de campana y los minúsculos tops de Karen van a triunfar este verano. No tengo todavía pruebas, pero tampoco ninguna duda.

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