'Viajamos' a 14 países para descubrir la realidad de las mujeres más allá de nuestras fronteras

Verónica en la India, junto a Nia.
Verónica en la India, junto a Nia.
Cortesía
Verónica en la India, junto a Nia.

Cada día vivimos inmersas en nuestra propia realidad y vemos la de los demás bajo nuestra estrechez de miras, por muy abiertas de mente que nos sintamos”. Es una de las reflexiones de la periodista Verónica Zumalacárregui que nos sirve para arrancar esta particular vuelta al mundo.

Cuando pensamos en la vida de mujeres en otros países a veces nos quedamos en la primera capa de lo que vemos y no nos paramos a pensar qué hay más allá, qué las ha llevado hasta ahí o por qué su modo de vida es ese. En los países en los que viven oprimidas, muchas veces es a consecuencia de leyes machistas y autoritarias; otras, por costumbres arraigadas y tradiciones milenarias que pesan como tanques de hormigón. Hay veces que ni ellas mismas saben cómo salir y se han acostumbrado a esa ‘suerte’ de día a día. Y en los países parecidos al nuestro o con realidades sociales más avanzadas o modernas reparamos en comportamientos que allí pasan completamente desapercibidos…

Viajar con los ojos de otra

Por el momento no hemos recorrido el mundo en busca de historias de mujeres que habitan rincones distantes y lejanos de nosotras y entre sí; pero hemos conocido a alguien que sí lo ha hecho y su mirada, la nuestra durante los siguientes minutos, nos sirve para conocer otras perspectivas, otras sensaciones de cómo es ser mujer en las diferentes sociedades que coexisten en nuestro mundo.

Esa persona es autora de la cita con la que arranca este texto, la periodista y presentadora Verónica Zumalacárregui, quien a través de quince historias de mujeres que ha conocido a lo largo de sus viajes por los distintos rincones del planeta, nos acerca a unas realidades que (puede que) antes ni nos parábamos a intentar entender. El relato de su viaje está plasmado en el libro ‘La vuelta mundo en 15 mujeres’ (Aguilar).

Abre tu mente

Antes de entrar en faena, nos cuenta que tanto al libro como a su recorrido por el mundo hay que enfrentarse con “apertura de miras. Con el propósito de liberarnos de esa superioridad moral que tenemos las europeas. Algunas de estas mujeres se parecen a mí en carácter y en valores, y otras tienen valores radicalmente opuestos a los míos, pero han querido compartirlos conmigo para ayudarme a entender por qué piensan así y yo he hecho lo mismo al escribir este libro. Después, cada cual es libre se sacar conclusiones pero lo importante es escucharlas”.

El relato de Verónica no deja casi ningún cabo suelto, habla del amor, la vejez, el sexo, la igualdad de género, el empleo, la conciliación familiar, la fe... Un abanico de temas escritos en negrita en la ‘agenda vital’ toda mujer: algunos tachados por estar ya conseguidos, otros como ‘tareas por hacer’ y, esperamos que los menos, como misiones imposibles. Repasamos junto a ella lo que más le ha llamado la atención de cada una de esas mujeres y las sociedades en las que viven. 

Aquí van 15 miradas, 15 realidades con las que podemos estar de acuerdo o no pero que nos hacen pensar cómo viven otras mujeres y hacer un ejercicio de comparación, que, aunque no esté bien visto, ayuda a valorar lo que tienes… y lo que no.

Ucrania

La actualidad demanda que empecemos hablando de Luba, una mujer ucraniana economista de carrera que vino a España a trabajar como empleada de hogar y que ha cuidado de buena parte de la familia de Verónica. En el momento de la entrevista tanto ella como su familia se encontraban bien. “Hablo con ella todos los días, cuando se fue definitivamente a Ucrania se fue a su pueblo que está a unas 5 horas al oeste de Kiev y está allí con sus hijos. De ella y de las mujeres de su país me asombra la fuerza que tienen, la capacidad de sacrificio y la generosidad. Los ucranianos son un pueblo que no acaban de levantar cabeza pero siguen luchando y dándolo todo por los demás y por ellos”.

Noruega

De la dura realidad actual pasamos a Noruega, donde Verónica conoció a Ragnhild. “Las mujeres allí llevan años haciéndose cargo de las granjas y físicamente están casi al nivel de los hombres. Son completamente independientes en todos los sentidos. Esto también ocurre porque en los colegios enseñan cocina, carpintería, costura a niños y niñas por igual. El estado aporta todas las herramientas para que hombres y mujeres sean completamente independientes”

Japón

En Japón tienen muy claro que ‘no deben molestar a nadie y valerse por sí mismos’ este concepto se llama nipón de 'meiwaku', que se traduce como molestia. Los japoneses de cualquier edad evitan a toda costa molestar a los demás. Esto, aplicado a la tercera edad, hace que los ancianos procuren ser autosuficientes para no resultar una carga para sus hijos, vecinos o conocidos. “Algo con lo que Yayoi una mujer japonesa jubilada y afincada en España, no está muy de acuerdo. Si ella puede ayudar a un joven a encontrar una dirección ¿por qué no la van a ayudar a ella a llevar unas bolsas? Pero lo que sí es cierto es que esta actitud de ‘no molestar’ hace que los ancianos japoneses sean más activos porque se esfuerzan por ser autosuficientes”, cuenta Verónica.

En tokio
En tokio
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Rusia

‘Lo de Rusia’ le llama poderosamente la atención. A través de Anna descubrió que allí si tienes 30 años y no estás casada y con hijos eres ‘casi una apestada’. “Las mujeres viven allí con una especie de espada de Damocles encima porque cuando vas a buscar trabajo si tienes hijos eso supone un plus, te valoran más. Anna es una mujer con formación cosmopolita pero que tiene asumido que su marido o pareja siempre debe ganar más dinero que ella”.

Israel

En Israel conoció a Rivka, judía ortodoxa, y descubrió la fuerza de la fe. Tiene 52 años y las ideas muy claras en torno a algunas de las costumbres que muchas mujeres en España no entenderían, como ir vestidas tapando por completo el cuerpo, tichel incluido, ya que cuando una mujer está casada solo su marido puede verle el pelo. “Ahí sí que me tuve que despojar de mi superioridad moral de mujer europea. Aunque no lo entiendas a priori cuando las conoces ves que lo hace por cultura y por fe. Ella piensa que las mujeres de su comunidad al ir así vestidas son mucho más feministas que las que enseñan algo porque se las valora por su intelecto”. Es la reflexión de Rivka que puedes no compartir pero que ella tiene clarísimo.

Verónica Zumalacárregui en uno de sus viajes por el Amazonas
Verónica Zumalacárregui en uno de sus viajes por el Amazonas
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La India

En India, conoció a Nía. Una mujer rebelde que no quiso pasar por el aro del matrimonio de conveniencia que allí es algo habitual. “Ella se enamoró y eligió a un hombre que no era ‘el que le tocaba’ pero… le salió mal. No funcionó. Fue entonces cuando le dio una oportunidad a lo que llamamos ‘el Tinder de los padres’. Sus padres le eligieron un candidato y ahora está feliz y enamorada”. Una historia que acabó bien, podría ser la excepción que confirma la regla, pero "la realidad es quea Nía le funcionó", cuenta Verónica.

China

Llegamos a la historia que más le ha calado a Verónica y tiene lugar en China, allí conoció a Mei una mujer homosexual de 24 años, casada con un hombre homosexual también. “Ella sabe que su opción de poder estar con su pareja es casarse con un hombre homosexual: la apariencia será la de un matrimonio, pero ambos conservarán su independencia para estar con sus verdaderas parejas”. Verónica no sale de su asombro. “Vive en una tapadera perpetua pero lo más alucinante es que es algo muy asumido en la sociedad, que los homosexuales de distintos sexos se casen entre si para mantener las apariencias y hacer sus vidas por separado en ‘secreto’”.

De las mujeres de Hong Kong, en China, le llama la atención el planteamiento vital. “Mientras que aquí nos formamos y avanzamos en la vida para ver como podemos prosperar, allí piensan ¿qué puedo hacer con mi vida para mejorar la de los demás?”. Rou es guía de comida exótica y con ella descubrió “las grandes diferencias de las mentalidades entre oriente y occidente. Aquí pensamos en ganar dinero y allí en cómo dar servicio”.

Estados Unidos

En Estados Unidos, concretamente en Nueva York, a Kristen lo que le preocupa es que con 45 años es considerada ‘vieja’. “Es alucinante, ella por supuesto que ve que hay sitio para todas y que la experiencia es importante, pero en su empresa no piensan lo mismo. Aquí entra en juego el concepto de sororidad y de ayudarnos entre nosotras y apoyarnos porque sus compañeros de la misma edad no son puestos en la misma tesitura”.

México

En México Elena lo tuvo clarísimo. “Se tenía que llevar a su hija al trabajo. Tiene 34 años y en las fotos aparece siempre rodeada de hombres trajeados en salas de reuniones. Trabaja para la Secretaría de Turismo de México y siempre tuvo claras sus prioridades: quería ser madre y seguir trabajando. Se reincorporó al trabajo en seguida y tuvo que hacer ‘labor de campo’ con su jefe, el Secretario de Turismo, para que aceptase que se iba a llevar a su hija al trabajo”. Algo muy alejado de la realidad que viven muchas mujeres en un país en el que la seguriddad en las calles impide a las mujeres y a los ciudadanos en general llevar una vida tranquila. 

Panamá

El caso de Isabel es muy bonito y puede que incomprensible para muchas. Ella por amor se fue a Panamá, pero no solo eso. “Se instaló junto a su marido y su suegra en la comunidad indígena de ellos, en la que nadie hablaba español, y ahora vive por ayudar a ese pueblo indígena a tener más recursos. Es muy enriquecedor estar a su lado, trasmite calma, ella vive despacio”.

Colombia

Y llegamos a Colombia, allí como en cualquier lugar del mundo las mujeres históricamente se han dedicado a cocinar para la familia, pero… “Cuando los hombres por fin tomaron el cucharón, convirtieron la cocina en algo público, lograron encumbrarla y elevarla a la categoría de arte, por la simple razón de ser realizada por ellos”, explica Verónica tras conocer a la colombiana Leonor Espinosa, una de las mejores Chefs del mundo. “Es una maravilla hablar con ella y ver cómo anima a los colombianos a abandonar actividades ilícitas como el cultivo de la coca o como habla sobre el prototipo colombiano de belleza, los narco o acerca del machismo que impera en la sociedad, también en las cocinas”.

Brasil

En Brasil se centra en el concepto de sexualidad. “En unas sociedades te llama la atención la mentalidad retrógrada, aquí justo lo contrario. Elizia defienden que son libres de hacer con su cuerpo lo que quieran sin que eso implique que cualquiera pueda juzgarlas”. Es tan importante, cuenta la autora “dejar de sexualizar el cuerpo femenino y empezar a verlo como lo que es, algo natural”.

Uganda

Sheila vive en Uganda y es matrona en un campamento de refugiados. ¿Por qué quiere, por vocación? “No, su profesión es otra pero con esta gana más. Vive cerca del horror cada día, junto a bebés que nacen en un contexto horrible. Lo hace para darle a sus propios hijos un futuro mejor y también por que puede. Su marido, Ben, es el que se encarga de sus hijos, de hacer la compra… En una sociedad como la ugandesa esto es impensable, que sea el hombre quien se encargue de estas ‘tareas’ pero ellos lo han conseguido”.

Egipto

Acabamos en Egipto con Noha, nació en una sociedad islámica y conoció a Verónica en una boda egipcia. Un lugar perfecto para conocer de cerca algunas de las costumbres del Islam. Algunas de las normas, como el toque de queda impuesto a las solteras que viven con sus padres, asombran a Verónica, hasta que reflexiona sobre ello y nos cuenta: “No comparto el razonamiento de los hombres allí pero, esforzándome, puedo llegar a entenderlo. ¿No actuamos igual en España? Nadie nos prohíbe volver solas andando, pero puede que prefiramos coger un taxi. Nadie nos prohíbe salir en minifalda, pero a veces no nos apetece exponernos tanto. Nadie nos prohíbe acostarnos con un desconocido…”. 

En Egipto con Noa
En Egipto con Noa
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La diferencia es que en España es la mujer, salvo lamentables excepciones, la que toma estas decisiones, no el gobierno, su padre, su hermano o su marido.

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