Si haces dieta y no adelgazas la respuesta puede estar en la genética

Teresa Perucho
La genetistaTeresa Perucho
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Teresa Perucho

Una simple aspirina podría acabar con la frustrante sensación de no adelgazar por más deporte o dieta que haces. Entrevistamos a Teresa Perucho genetista molecular y directora científica de Vivolabs para conocer cómo el aumento de peso puede deberse a unas moléculas de nuestros genes y de ser así cómo controlar el 'ambiente' para que esa carga genética no se exprese.

¿Cómo se llega a descubrir que la razón de que muchas personas que hacen dieta y no adelgazan está en los genes? Observando. Hay muchos pacientes que después de seguir pautas y tratamientos no adelgazaban o recuperaban el peso con creces, pues hay tantas respuestas a los tratamientos como personas. Y en bastantes casos al observar a las familias se ve claramente la carga genética.

¿Supone una liberación saber que no se adelgaza por genes o lo complica todo el doble? Quitamos muchos antidepresivos y sentimientos de culpa.

¿Se trata entonces de personalizar tratamientos? Es más que medicina personalizada. Es medicina de precisión porque en función de sus genes podemos controlar su acumulación de grasa. Con un estudio genético se da una explicación de por qué sucede. Y las herramientas para que cambien sus hábitos de vida. Le decimos qué tiene que hacer ella o él, no su pareja, para adelgazar. Y esa información al ser genética también le es de utilidad a padres, hijos o hermanos con los que comparte carga genética para poder tratar o prevenir la acumulación de grasa.

¿Qué diferencias genéticas tienen las personas que haciendo dieta no adelgazan con las que sí? Las diferencias están a nivel molecular. Hay genes relacionados con la ingesta y la sensación de saciarse. Si sus neurotransmisores que tienen que dar esa información no la dan, su cerebro no les dice que tienen que dejar de comer. Estos pacientes, por ejemplo, tienen que comer siete veces al día, añadir fibra, y realizar un tratamiento diferente a los demás. También hay genes relacionados con el gasto energético porque hay personas que no consumen energía de la misma manera que otros. Este tipo de personas no necesita tanto deporte para adelgazar, porque no les va a funcionar como a otros y deben preocuparse más de controlar su ingesta. Y por último hay genes relacionados con el proceso inflamatorio en el tejido adiposo. En estos casos hay más tendencia a la obesidad. Y podemos dar una dieta antiinflamatoria o un medicamento antiinflamatorio en unas dosis muy bajas. No es que la aspirina adelgace, es que a estas personas con este genotipo concreto el tratamiento antinflamatorio les ayuda a controlar el peso.

¿También hay genes como consecuencia de la obesidad? Sí, estos anteriores son 'de causa de obesidad', pero 'de consecuencia' también tratamos. Los genes relacionados con la resistencia a la insulina para ver con qué probabilidad van a desarrollar diabetes tipo 2. Y los genes relacionados con el riesgo cardiovascular.

Esto es genética predictiva que no preventiva. Para que el paciente pueda saber de forma objetiva lo que va a ocurrir si no controla el sobrepeso. Por lo que al hablar de consecuencias reales, el paciente se conciencia más.

¿Podemos cambiar nuestros genes? Nuestros genes evolucionan mucho más lentos que ‘glovo’ nos trae la comida a casa. Mi misión es identificar la genética y controlar el ambiente para que esa carga genética no se exprese. Por ejemplo, un bonsái es un árbol y sus genes le dicen que tiene que crecer, pero en función de cómo se cuida podemos conseguir que los genes no se expresen.

¿Cómo ayudáis a controlar el ambiente para adelgazar? El que se hace este estudio tiene que estar preparado para cambiar. No es una liposupción en la que no haces nada, esto implica un cambio desde dentro en el que acompañamos con nutricionistas y expertos que ponen tratamientos personalizados.

¿Las intolerancias también nos impiden adelgazar? Existen cuatro intolerancias alimenticias con base genética: gluten, lactosa, fructosa e intolerancia a la histaminosis para las que nosotros también realizamos estudios para poder dar una información útil al especialista que pone el tratamiento, que además da respuesta a los síntomas del paciente.

¿Cómo podemos hacernos este análisis y dónde? Es un análisis genético indoloro que se hace con bastoncillo de algodón en la parte interna de la boca desde clínica o desde casa y se envía a por oficina de correos, pues no necesita frío para su mantenimiento. Nosotros recibimos en Alcobendas test de todas partes del mundo para su estudio nutrigenético.

¿Y el precio? Sobre 260 euros.

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