Sonia Fornieles Directora de mujer.es
OPINIÓN

El triunfo de los buenos

Antes o después, llega tu momento.
Antes o después, llega tu momento.
Getty Images/iStockphoto
Antes o después, llega tu momento.

Hace muchos años, en una redacción en la que fui bastante infeliz, coincidí con compañeros que hacían que ir a trabajar cada día valiese la pena. 

Me centro en uno de ellos: inteligente, listo, simpático, culto y buena persona. No se cómo era él de feliz o no trabajando en aquel lugar, no se le notaba ni lo uno ni lo otro. Hacía su trabajo con una gran profesionalidad (el que le tocase y os digo que eran de muy diversa índole) y siempre tenía una sonrisa cuando cruzabas la mirada con él.

Cambié de trabajo y allí lo dejé, con la sensación pesarosa de que aquel no era su sitio, de que estaba desaprovechado y de que muchas de las personas que en aquel momento estaban jerárquicamente por encima de él no le llegaban en lo profesional ni en lo personal a la altura de la pantorrilla.

Y allí lo dejé, con la sensación pesarosa de que aquel no era su sitio, de que estaba desaprovechado

Nos veíamos de vez en cuando, comíamos por el barrio en el que estaban nuestra redacciones pero poco a poco los encuentros se fueron espaciando. Yo cambié de empresa y de barrio y nuestro contacto se redujo a redes sociales y algún que otro whatsapp algo escatológico (pero esta es otra historia) que me hacía llorar de la risa siempre.

Supe que había cambiado de trabajo, que había pasado a un lugar mejor, mejor para él, no mejor en términos generales... o puede que sí. Lo veía en fotos, en redes sociales, en algún evento… siempre con la misma sonrisa pero con otro fondo, mejor, no sé, más feliz. Aunque insisto en que jamás percibí que no lo fuera.

Hoy publicamos en Mujer.es una entrevista cuyo titular es: “Una mala persona nunca podrá llegar a ser un buen jefe, ya sea hombre o mujer”. Y ayer leí que a mi ex compañero lo nombraban director y pensé: "¡qué suerte tienen!, no se me ocurre una mejor persona para ser un excepcional jefe".

He oído muchas veces aquello de: “mmmm con ese carácter no será buen jefe, o buena jefa”, refiriéndose a personas empáticas y amables. Incluso me lo llegué a creer.

Ahora desde la perspectiva de más de 20 años de profesión y muchos jefes y jefas por el camino, se que no. ¡Enhorabuena Juan!

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